Santa María Magdalena, con Jesús hasta el final
Pope
¿Quién es María de Magdala? Es el evangelista Lucas, en el capítulo 8, quien habla de esta mujer: “Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los doce, y también algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades que los servían con sus bienes. Entre ellas estaba María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios”.
En los Evangelios, en aquellos capítulos en los que se relatan los momentos más dramáticos de la vida de Jesús, aparece María Magdalena, junto a su Maestro, junto con otras mujeres. Son ellas de hecho, quienes le siguen a lo largo del Calvario y asisten a la Crucifixión. La Magdalena todavía está presente cuando José de Arimatea coloca el cuerpo de Jesús en el sepulcro y es también ella quien, al día siguiente, regresa al sepulcro y descubre que la piedra ha sido removida.
Santa María Magdalena, con Jesús hasta el final
La santa de hoy, Santa María Magdalena, goza de buena fama. La literatura, la música y el cine la han presentado como una mujer de corazón grande, una enamorada de Jesús, testigo en primera línea de su muerte y resurrección, símbolo de mujer buscadora y entregada hasta el final.
En el evangelio de hoy, vemos que Jesús pregunta a María de Magdala: ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Son preguntas que trascienden el personaje de la mujer y se incrustan en cada uno de nosotros:
¿Por qué lloras? Jesús nos invita a tomar conciencia de nuestras pérdidas y de los sentimientos que las acompañan. ¿Qué es lo que ahora produce en nosotros tristeza y desamparo? ¿Qué formas reviste nuestra manera personal de vivir la relación con un Jesús “ausente”? ¿Qué zozobras nos causa el ambiente en el que vivimos?
¿A quién buscas? No es la primera vez que Jesús formula una pregunta como esta. Se la dirigió también a los discípulos de la primera hora al comienzo del evangelio de Juan. Es como si la revelación necesitase siempre el punto de enganche del deseo. Quien no desea no ve. Quien no busca no encuentra. Quien se detiene nunca llega.
Amigo, amiga, ¿Cuáles son nuestras búsquedas de hoy? ¿Qué nos mueve por dentro para seguir caminando?
Detrás de cada lágrima, hay un Jesús que las enjuga. Detrás de cada búsqueda hay un Jesús que pronuncia nuestro nombre y nos invita a vivir. La memoria de María Magdalena es la memoria de un amor posible cuando todo parece perdido.
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