Chile: Obispos reclaman equidad educativa en la nueva Constitución
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“Anhelamos que la Constitución consagre la educación como un derecho, estableciendo garantías de acceso, elección, permanencia y egreso; en un proceso educativo integral de calidad e inclusivo”. Esta es sólo una de las aspiraciones que la Conferencia episcopal chilena (CECh), plasma en un documento que presenta algunos principios fundamentales del proceso educativo que, a su juicio, deberían estar presentes en la futura Carta Magna, actualmente en proceso de redacción.
Centralidad de la familia
firmado por monseñor Héctor Vargas Bastidas, presidente del Área Educación y aprobado por el Comité Permanente de la CECh, en primer lugar, pone de relieve la centralidad de la familia como unidad esencial para el desarrollo de la persona y actor principal del proceso educativo y de integración en la sociedad.
Así se lee en la nota que, además, aboga por una educación multidimensional (psíquica, corporal y espiritual), en el respeto de la dignidad, los derechos humanos, las libertades fundamentales y los principios democráticos. La CECh subraya asimismo:
Y agrega que en este contexto los padres deben tener la “libertad de elegir el establecimiento educacional y participar activamente del proceso de enseñanza de sus hijos”.
Neutralidad del Estado y pluralismo cultural
El documento considera indispensable la neutralidad del Estado y pluralismo cultural, es decir que la sociedad y el Estado reconozcan los aportes de las diferentes expresiones y tradiciones culturales, dentro de un clima de respeto, tolerancia y apego a la diversidad y a los valores democráticos.
Así lo enfatiza el documento en el que se exige que los poderes públicos garanticen el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban “la formación espiritual que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
Educación intercultural y lenguas originarias
Partiendo del derecho de las personas a la educación obligatoria en igualdad de condiciones y de calidad, el episcopado chileno pide que el Estado genere las condiciones para la cobertura y calidad de los procesos educativos, en igualdad de oportunidades y recursos. Esto incluye la incorporación de la educación intercultural y lenguas originarias en su contexto territorial promoviendo la enseñanza de la propia historia, las diversas filosofías de vida de las culturas y su propia literatura. La CECh concluye:
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