Argentina. áٲ apuesta a una educación inclusiva en medio de la pandemia
La ausencia de condiciones materiales adecuadas y herramientas de tecnología digital son los principales problemas evidenciados en el sector educativo desde el comienzo de la pandemia. Así lo evidencia Cáritas Argentina en una nota publicada en el portal de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que advierte sobre la “gigantesca brecha que existe en la sociedad”, especialmente de los sectores más vulnerables, limitando u obstaculizando aún más el ejercicio de sus derechos.
Según un estudio realizado por Cáritas Argentina, en julio de 2020, el 84 por ciento de las familias que son asistidas en sus espacios educativos presenta dificultades para la conectividad, lo cual limita el acceso de los niños y adolescentes a las tareas escolares virtuales y al sistema educativo. Pero además revela que el 75 por ciento de esas familias tiene dificultades para obtener artículos de vestir; el 70 por ciento para acceder a la compra de insumos básicos de higiene y bioseguridad; el 52 por ciento para adquirir elementos de protección personal (tapabocas) y casi el 41 por ciento convive con otras problemáticas sociales como el consumo o abuso de sustancias, violencia familiar, etc.
Educación en pandemia
“Para las comunidades más vulnerables, la cuarentena constituyó una pauta muy exigente y compleja de concretar, que planteó nuevos desafíos educativos en nuestro país, como son establecer un vínculo pedagógico virtual, atendiendo a distintos contextos sociales, manteniendo clases y actividades sin sobrecargar a los niños y adolescentes”, explica la nota de Cáritas.
Entre los datos más significativos sobre la realidad de la educación en Argentina, Cáritas destaca que desde el 16 de marzo hasta el fin del ciclo 2020, más de 11 millones de estudiantes no regresaron a las aulas y siguieron con lecciones a distancia; a partir de octubre de 2020, cuando comenzaron las actividades, solo el 43% de los alumnos pudo desarrollar actividades educativas informales, recreativas y de reencuentro al aire libre; en 9 provincias no hubo un acercamiento presencial durante en todo el año. Según información oficial, un millón de estudiantes había perdido vínculo con la escuela.
Esa desconexión para Cáritas Argentina tendrá como consecuencia un aumento de la deserción escolar. De hecho, según el informe entre los dos semestres, la proporción de alumnos que destinaron más de 3 horas por día a sus actividades escolares disminuyó de 6,5 por ciento y aumentó la proporción de estudiantes que no realizó ninguna tarea de la escuela. Y a nivel nacional, cerca de 1,5 millones de estudiantes de los distintos niveles educativos se desvincularon de la escolarización en 2021.
Educación para la inclusión
En este contexto, Cáritas reforzó una de las principales acciones del Área de Educación para promover la educación como herramienta para la equidad y la inclusión social que es el Plan Emaús, creado en 2007 y presente en 20 provincias argentinas con 186 espacios educativos, que alcanzan a un total de 19.500 asistidos. Si bien el programa es fundamentalmente dedicado a la formación pedagógica y social, su propuesta es de una asistencia integral que se adapta a la realidad particular de cada comunidad. Es así como en los períodos de confinamiento a causa de la pandemia uno de los desafíos del Área de Educación de Cáritas fue adaptar los procesos y metodologías del Plan Emaús a la nueva realidad virtual.
En primer lugar, Cáritas implementó un plan de apoyo escolar virtual realizado por los mismos becados de Emaús, que incluye además actividades recreativas. También se elaboraron materiales didácticos específicos para el período de confinamiento complementado con actividades y juegos para distintas edades. Se entregaron kits artísticos con materiales de librería y los cuadernillos “Seguimos Educando”, especialmente para las familias que no tienen acceso a dispositivos o conexión a Internet.
Asimismo, durante la pandemia, desde el Plan Emaús se realizaron múltiples acciones que trascienden el ámbito educativo, para lo cual se incorporaron unos 807 nuevos voluntarios, con el fin de brindar un acompañamiento integral a las familias. Igualmente, se colaboró en la gestión de subsidios nacionales y se organizó la entrega de insumos médicos y de higiene, así como la distribución de alimentos mediante bolsones y viandas en los domicilios de las familias. A su vez, se organizaron campañas de concientización de medidas sanitarias con la entrega de kits de higiene y la confección de tapabocas.
Actualmente, por medio del Plan Emaús de becas familiares, se acompaña a 1.211 niñas, niños y adolescentes (6,3% de nivel inicial, 52,13% de nivel primario y 41,57% de nivel secundario) de los cuales el 94,5% asiste a establecimientos educativos del ámbito público. Este Plan de Inclusión Educativa cuenta también con un programa destinado a jóvenes que desean continuar sus estudios a nivel terciario y/o universitario con un programa de becas que alcanza a 919 estudiantes (58,95% elige carreras terciarias y el 40,15% universitarias).
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