Carta de los Obispos del ʱú al Pueblo de Dios en vista de la Semana Santa
Ciudad del Vaticano
“Roguemos al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, la luz del Resucitado… y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo resucitado entre en el mundo e ilumine esta noche oscura de la pandemia”, lo escriben los Obispos del Perú en la que enviaron en vista de la celebración de la Semana Santa. Teniendo presente este tiempo que vive el Perú frente a la pandemia del coronavirus, los Pastores invitan a los fieles a compartir y vivir juntos el gran misterio de nuestra fe.
Dos ejes fundamentales de estos días santos
Con esta Misiva, los Obispos del Perú esperan que, “la gracia y la paz de Dios nuestro Padre” habite en todos los peruanos, y a pocos días de celebrar la Semana Santa, los Pastores desean ingresar espiritualmente a sus hogares con la intención de “compartir y vivir juntos el misterio grande de nuestra fe”. Las celebraciones de esta Semana Santa, al igual que el año pasado, señalan los Obispos, estarán marcadas por las restricciones sanitarias debido al coronavirus; “pero queremos que sepan – afirman – que estarán en nuestros corazones y rezaremos por ustedes, por su salud, la de sus familiares y por todas sus intenciones”. A partir de la situación actual, marcada por el sufrimiento, la angustia y la muerte, como consecuencias de la pandemia, reflexionemos juntos sobre dos ejes fundamentales de estos días santos: la cruz y la Resurrección.
La cruz
Los Obispos del Perú reflexionando sobre el primer eje que nos guiará en esta Semana Santa, la cruz, invitan a dirigir “al Crucificado nuestra mirada de fe” y a descubrir, una vez más, “la grandeza del amor divino”. Ya que, la altura del amor es la altura de Jesús, y a esta altura nos atrae a todos, mediante la cruz. Entonces descubrimos que el amor divino tiene forma de cruz.
Los Pastores peruanos, conocedores de la situación que atraviesa el país, de los sufrimientos, incertidumbres y preocupaciones, manifiestan su cercanía durante este tiempo de dura prueba, y señalan que, “este es el largo Vía Crucis que en carne propia estamos viviendo por más de un año”. Por ello, en este valle de lágrimas, cuánto bien nos hace volver nuestra mirada al Crucificado; pues, en ese diálogo con Él encontramos sentido a la vida, a la historia, a la prueba, incluso a la muerte; pero, también, encontramos inspiración para continuar en nuestro peregrinaje, con la paz en el corazón y con la confianza que Dios se ha hecho compañero de camino.
En tiempos de pandemia han abrazado la cruz redentora
Asimismo, los Obispos del Perú señalan que, durante este tiempo de pandemia hemos recogido hermosos testimonios de su fe inquebrantable, testimonios que ciertamente nos edifican. “Puesta su confianza en Jesús cargan su cruz cada día. Han abrazado la cruz redentora y siguen luchando con coraje para superar los sufrimientos causados por la pandemia y por otras situaciones de la vida”. Con este espíritu recibimos la Semana Santa, viviendo esta dura cuaresma, pero llevando la cruz con la frente en alto, con el corazón lleno de esperanza, porque sabemos bien en quien hemos puesto nuestra fe. “Pero no todo queda ahí – afirman los Pastores – la cruz y la muerte por sí mismas no tienen valor. Mientras avanzan los días, se va asomando una esperanza, empieza a brillar una luz: el sepulcro está vacío, la piedra ha sido movida y el corazón intuye que algo grandioso ha sucedido”.
La Resurrección
El segundo eje fundamental que los Obispos del Perú proponen para esta Semana Santa es la Resurrección. Para el cristiano no hay gloria sin cruz, no hay resurrección sin muerte. Pareciera que todo sigue igual, pero no es así. ¡Cristo ha resucitado! Y el eco de este acontecimiento, que surgió en Jerusalén hace más de veinte siglos, continúa resonando en la Iglesia, que lleva en el corazón la fe vibrante de María, la Madre de Jesús, la fe de la Magdalena y las otras mujeres que fueron las primeras en ver el sepulcro vacío, la fe de Pedro y de los otros Apóstoles. Si bien es cierto que el aleluya pascual contrasta todavía con los lamentos y el clamor que provienen de tantas situaciones dolorosas; sin embargo, Cristo ha muerto y resucitado precisamente por esto. Cristo ha resucitado también para redimir nuestra historia de hoy.
La luz del Resucitado ilumine la noche oscura de la pandemia
En este momento de prueba, los Obispos del Perú invitan a mantener “los ojos fijos en Jesús, que inicia y lleva a la perfección la fe”. Por ello, exhortan a pedir al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, la luz del Resucitado, representada en el cirio pascual que se mantendrá encendido durante el tiempo de Pascua, y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo resucitado entre en el mundo e ilumine esta noche oscura de la pandemia.
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