蜜桃交友

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

Cuaresma es para los cristianos un tiempo de cambio, un tiempo de conversión. Una oportunidad para alejarse de todas las distracciones de la vida misma y renovarse en el espíritu.

Los oyentes de Pope, a través de nuestro servicio de WhatsApp, nos cuentan cómo se preparan para celebrar la Pascua, que este año (al igual que en el 2020) llega marcada por la crisis sanitaria que sacude al mundo.

Las voces de nuestros oyentes

Una pandemia que ha "puesto en jaque" los modelos económicos a nivel global y tambaleado los esquemas sociales preestablecidos que considerábamos "normales" antes de que comenzaran los contagios del coronavirus.

En estos mensajes de audios, los oyentes comparten sus experiencias de fe (puesta a prueba en muchas ocasiones), en medio de las dificultades que atraviesan cada día: enfermedades, falta de trabajo, soledad y pérdidas de seres queridos.

Sin embargo, en sus voces encontramos la esperanza que abunda en el corazón de quienes no perecen en las tribulaciones ni adversidades, sino que siguen adelante con la confianza de saber "de quién se han fiado" (2 Tm 1,12).

"Un espacio para la escucha"

Y de esperanza, precisamente habló el Papa Francisco en su , aunque hablar de ella -expresó el Pontífice- "en el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, podría parecer una provocación".

En su escrito el Santo Padre lanza una clara invitación para este período cuaresmal:

"Estar más atentos a decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan", en lugar de "palabras que humillan, que entristecen, que irritan, que desprecian" ya que a veces, para dar esperanza, es suficiente con ser "una persona amable, que deja a un lado sus ansiedades y urgencias para prestar atención, para regalar una sonrisa, para decir una palabra que estimule, para posibilitar un espacio de escucha en medio de tanta indiferencia" (ibíd., 224).

La fe que viene de Cristo vivo

Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración -concluye Francisco- "nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre".