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El embajador Luca Attanasio: los últimos días de un hombre generoso

Antes de ser asesinado, el embajador italiano en la República Democrática del Congo, cuyo cuerpo ha regresado a Italia y permanece a la espera del funeral de Estado, había visitado la comunidad misionera javeriana de Bukavu. El padre Magnaguagno cuenta: "Aquí estaba como en su casa. Antes de encontrarse con la muerte, nos trajo alegría y esperanza al presentarnos sus últimos proyectos dedicados a los descartados y a los niños".

Federico Piana- Ciudad del Vaticano

El relato de los últimos días de la vida de Luca Attanasio es una "poderosa lente" para enfocar los detalles de un hombre altruista y generoso, comprometido sin reservas con la ayuda a los pobres y a las personas descartadas que encontró en su camino.

El padre Giovanni Magnaguagno, misionero javeriano, comparte sus "fotogramas de los recuerdos" durante los años que pasó el embajador italiano en la República Democrática del Congo. El sacerdote lo conocía muy bien, tanto que el diplomático se "sentía como en casa" en su misión católica de Bukavu, capital de la provincia de Kivu del Sur. "Venía a menudo a vernos", revela el padre Magnaguagno, "era como un miembro de la familia, uno de los nuestros".

La última reunión dedicada a los demás

La última vez que se vieron fue el sábado anterior al día del terribile asesinato. "Aquí en Bukavu, llegó por la tarde, acompañado por el jefe del programa mundial de alimentos, el cónsul y su guardaespaldas. Nos reunimos todos juntos y luego cenamos. Al día siguiente, domingo, se quedaron para la misa y luego partieron hacia Goma. Tras reunirse con los italianos, el lunes continuaron hacia el norte, donde el convoy fue atacado".

 

Aquel último encuentro entre el joven embajador y la misión javeriana en Bukavu estuvo lleno de esperanza y alegría. "Estábamos encantados. Luca nos contó que finalmente había conseguido que el gobierno congoleño diera el visto bueno a Italia para adoptar a los niños. Un éxito. Entonces nos anunció que pronto tendría un cónsul estable instalado en Goma para todas nuestras necesidades".  Las comunidades montañesas de la zona también le están agradecidas, porque a lo largo del tiempo ha apoyado las actividades de algunas lecherías, en muchos casos el único sustento de decenas de habitantes.

Amor por los más pequeños

La atención a los niños y a los más desfavorecidos estaba arraigada en el corazón de Luca Attanasio, explica el padre Magnaguagno: "Fue en la reunión del sábado cuando se comprometió a aumentar los fondos para los niños desnutridos y también hizo mucho por los niños abandonados. Era una persona muy buena, excepcional, llena de ideales".

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24 febrero 2021, 19:27