Chile. Vacuna Covid: desconfianza extrema impide construir sana convivencia
Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
se titula el artículo de monseñor Sergio Pérez de Arce, obispo de l Diócesis de San Bartolomé, publicado en el Diario Crónica Chillán, ante el inició, esta semana, de la vacunación gradual y extendida de la población en Chile para de enfrentar la propagación del virus que causa el Covid-19.
“Hay quienes rechazan esta vacunación con opiniones que denotan desconfianza y escepticismo”, afirma el prelado chileno. Una desconfianza que gira en torno al origen de la vacuna, sus efectos o los intereses económicos que la sostienen. Escepticismo, que para monseñor Pérez de Arce, llega incluso a poner en duda la existencia misma de la pandemia, “como si los miles de muertos y los millones de contagiados fueran un invento o un fenómeno abultado con fines oscuros”.
En este contexto, el obispo reconoce que es válido ver con sentido crítico los eventos que nos rodean, especialmente en un mundo donde se mueven tantos "intereses mezquinos", pero también advierte que “la desconfianza extrema impide construir una sana convivencia”.
“Para convivir bien no basta que yo me deje llevar por mi pura opinión subjetiva, ni menos que dé crédito ingenuo a cualquier noticia que llega por redes sociales. Para convivir y construir algo juntos necesitamos confiar unos en otros, incluyendo la confianza en las instancias y responsables que guían la sociedad”, enfatiza monseñor Pérez de Arce.
En particular, al referirse a la vacuna, el prelado considera que se trata de una confianza en las instancias científicas que eñalan que la “vacuna es clínicamente segura y eficaz”, confianza en el modo de enfrentar la pandemia adoptado por las autoridades sanitarias y políticas – en este caso chilenas –. “Lo que no sirve – insiste - es desconfiar de todo y opinar de todo, sin más fundamento que lo que yo creo y pienso”.
Sobre el proceso de vacunación, el obispo chileno aclara que si bien para cumplir el deber de proteger la salud personas y la de los demás, se pueden adoptar las medidas ya existentes como el “aislamiento social”, el uso de la mascarilla y el lavado de manos, “está claro – asegura - que son medios insuficientes y que la vacuna se presenta como más eficaz”
“Si muchos no se vacunan, se hace más difícil lograr una inmunidad extendida o de grupo, necesaria para que la vacuna tenga un efecto social. Por tanto, lo ético es vacunarse, porque lo central es cuidarnos unos a otros, sobre todo a los más débiles”, asevera mons. Pérez de Arce.
Sin embargo, también concede el derecho de una persona a no vacunarse pero por una “razón seria” y tomando las precauciones del caso, y no por simple desinterés o egoísmo.
“La pandemia, además, no es sólo un problema sanitario, sino con graves consecuencias económicas, sociales y humanas. Superarla es un deber de todos", concluye el artículo del obispo de San Bartolomé, quien acota una frase del Papa Francisco en su Encíclica “Fratelli Tutti: “Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros”.
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