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Hay estado de emergencia en el estado brasileño de Acre, en la sección occidental de la Amazonia, donde las lluvias torrenciales han causado inundaciones en los últimos días en varios lugares, dejando a miles de familias sin hogar, en un momento ya muy crítico debido a la pandemia de Covid-19. Los más afectados son los pobres que viven en las orillas de los ríos. Es el caso de la comunidad de Sena Madureira, un pueblo cercano al río Iaco, surgida en torno a la extracción de caucho. Situado a unos 145 km de la capital, Rio Branco, Sena es el tercer municipio más poblado de Acre, después de Rio Branco y Cruzeiro do Sul.

En Sena Madureira la inundación ha afectado a 17 mil personas. De ellos, 4.000 ya están alojados en instalaciones públicas de acogida, algunas puestas a disposición por el gobierno, como campos deportivos y escuelas municipales y estatales. La Iglesia católica también se ha unido a la movilización de solidaridad y está acogiendo a las familias, como cuenta el padre Moisés de Oliveira Coelho, de la Orden de los Siervos de María y párroco de la Parroquia de Nossa Senhora da Conceição. "Tenemos algunas capillas que se están utilizando como refugios temporales, como la capilla de Nossa Senhora Aparecida, la capilla de São Sebastião y la capilla de Santa Cruz. Otras capillas también están ocupadas, pero no por las familias, sino por los bienes que han conseguido recuperar".

La Iglesia también se está movilizando para recoger donaciones para los que lo han perdido todo. Para ello - explica el padre Moisés - se lanzó la Ação Bom Samaritano ("Acción del Buen Samaritano"), una campaña de solidaridad promovida en colaboración con el gobierno local. La parroquia recoge alimentos, zapatos, ropa, productos de higiene personal y de limpieza. "Recibimos donaciones de nuestros fieles, de personas de buena voluntad, preparamos paquetes de alimentos y los distribuimos en los albergues".

La solidaridad de la Iglesia local no se detiene en la emergencia, sino que también mira a las secuelas, cuando la gente tendrá que volver a casa. Por eso -explica el padre Moisés- se está reservando el dinero obtenido de las donaciones: "Hemos abierto una cuenta corriente para que, una vez pasadas las inundaciones, podamos ayudar a las familias a comprar productos de limpieza, artículos de higiene personal y productos de primera necesidad. Estas son todavía pequeñas acciones, comparadas con la magnitud de lo que está ocurriendo, pero son suficientes y necesarias y aumentarán a medida que crezcan las donaciones. Por lo tanto, dependemos de las donaciones para poder hacer estas buenas acciones y por eso siempre contamos con la ayuda y la colaboración de todos en estas fechas."

La crecida de los ríos regionales en el Estado de Acre también creó inconvenientes en la capital Rio Branco, Cruzeiro do Sul y los municipios de Tarauacá, Feijó, Santa Rosa do Purus y Rodrigues Alves. Para hacer frente a la emergencia, todos los organismos públicos están en alerta máxima y prestan ayuda a la población en peligro. Las autoridades estatales han creado 23 refugios temporales para los desplazados y el pasado fin de semana distribuyeron más de 500 paquetes de alimentos a la población. En total, hay unas 120.000 personas afectadas. El número de familias afectadas por estos fenómenos meteorológicos extremos supera las 32 mil. La situación sanitaria en Acre es también especialmente crítica debido a la pandemia de Covid-19, la epidemia de dengue y la malaria. Tanto los casos de contagio como los ingresos están aumentando, lo que somete a los hospitales a una gran presión.