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Venezuela. Encuentro obispos- sacerdotes: llamados para este servicio de amor

Tras dos días de encuentro, obispos y presbíteros han concluido que la Iglesia venezolana en medio de la pandemia "no se ha quedado estancada", y en este nuevo estilo de vida ha aprendido con creatividad a manejar la lejanía para convertirla en cercanía y servicio.

Alina Tufani - Ciudad del Vaticano

Iniciado con las palabras de ánimo del Papa Francisco en un video mensaje, el Encuentro Virtual Conjunto de Obispos y Sacerdotes  de Venezuela concluyó con esperanza y entusiasmo en un trabajo pastoral que, pese a las dificultades de una larga crisis humanitaria sumado al tiempo de pandemia, quiere seguir llevando el Evangelio de la vida y de la esperanza a un pueblo que sufre. “Imitar al Buen Pastor en amor y servicio” fue la exhortación del  Pontífice. “Amor y servicio juntos; si no, no va”, aclaró, pues el Señor quiere  que quienes le siguen sean “especialistas en la tarea de amar a los demás”.

Los retos de un mañana incierto

Tras dos días de encuentro, el presidente de la Conferencia episcopal venezolana  (CEV) monseñor, José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo lanzó a los participantes, presbíteros y obispos, una invitación a mantener “esa actitud amorosa a la Iglesia que nos ha dado todo, que se ha arriesgado a llamarnos para este servicio de amor”. En especial, refiere una nota de la Oficina de prensa de la CEV,  se dirigió a los sacerdotes que con sus experiencias vividas y narradas en este encuentro “han abierto una serie de retos para la Iglesia y para el país”. Destacó, además que “cada palabra, cada sentimiento y razonamiento”  ha sido importante para reconocer que  a pesar de atravesar un momento delicado hay tanta esperanza.

 “La forma y el estilo sacerdotal con el cual han hablado nos dice mucho de esa visión optimista y de la fortaleza de la fe con la cual asumen hoy y asumirán conjuntamente con los obispos, los retos de un mañana incierto, de muchas precariedades, pero también de muchas oportunidades”, señaló mons. Azuaje al tiempo que recordó que la espiritualidad pascual, misionera, sinodal, mariana y  orientada hacia la opción por los pobres, son fundamentales en la acción pastoral.

Solidaridad de la Iglesia universal

El Nuncio Apostólico de Venezuela, mons. Aldo Giordano intervino en la última jornada del encuentro para reiterar la cercanía del Papa a la Iglesia venezolana  y expresar la propia experiencia de comunión vivida en el encuentro: “Fue como un retiro para mí, hemos rezado juntos, reflexionado sobre la Palabra de Dios e interpretado la crisis a la luz del Evangelio, a la luz de la muerte y la Resurrección de Cristo”. Destacó que no obstante los testimonios que tenían como denominador común la crisis de la pandemia, la palabra más utilizada fue la esperanza. En especial, agradeció los testimonios de quienes han atravesado la enfermedad. Por último, subrayó la importancia de experimentar la “solidaridad de la Iglesia universal” y animó a creer en los gestos sencillos de amor: “Dios utiliza nuestros gestos de amor. Somos siervos y sobre todo, somos siervos de los pobres”.

Confianza en el Señor ante la pandemia

Los testimonios de los sacerdotes provenientes de varias diócesis fueron centrales durante en el encuentro, donde se pudo tomar el pulso de la situación de la Iglesia, su trabajo pastoral en medio de una pandemia donde los fieles piden fuerza y  apoyo espiritual, pero también el trabajo social con los enfermos, los pobres y los más vulnerables en una situación ya deteriorada. Dos sacerdotes compartieron  sus experiencias como pacientes de Covid-19 que en medio de la situación lo pusieron todo “en manos de Dios”, esperando que se hiciera su voluntad.  

Precisamente en la discusión tras los testimonios se habló de la pandemia. Entre las conclusiones se advirtió sobre la dificultad para poder compartir, asistir y atender a las comunidades o grupos de manera cotidiana: “No estábamos preparados para afrontar esta situación ni formados para lidiar con estas condiciones”.  Sin embargo, también se recalcó que “ha sido tiempo de gracia para el encuentro personal y con Dios” y para volverse “creativos” en la evangelización, aprovechando el mundo digital. También ha sido un tiempo de “compartir y comprender el sufrimiento de la gente, cercana o no”, practicando el ser una “Iglesia en salida”.

En pandemia: la lejanía y convertida en cercanía

El Obispo auxiliar de Caracas y Secretario General de la CEV, mons. José Trinidad Fernández, quien en los dos días del encuentro recogió las reflexiones promovidas en las diferentes diócesis del país, destacó la importancia de valorar el servicio pastoral y la vida de oración, en otras palabras, la necesidad de “intensificar la vida espiritual, valorar el silencio, la lectura, escritura y la formación permanente”, a través de los medios disponibles.

La realidad pandémica en el país, ha llevado a los sacerdotes a “tomar consciencia de la fragilidad humana, la pequeñez espiritual, las debilidades”, y que esto “nos ha permitido reencontrarnos con Jesús y reafirmar nuestro ministerio”.  Monseñor Fernández también destacó que en este tiempo de pandemia ha sido clave “aprender a vivir sin apuros, acompañados de un discernimiento sin olvidar las funciones y deberes propios del ministerio, permitiendo repensar el sentido del servicio ministerial, como es el pastorear, acompañar y santificar al pueblo de Dios”

Por último, el prelado afirmó que es necesario reconocer, que aun con las dificultades y la decisión de cerrar los templos y los espacios de reunión, acatando las medidas de bioseguridad, se ha promovido el fortalecimiento de los lazos familiares, instaurándola como Iglesia doméstica. “La Iglesia no se ha quedado estancada. Para el presbiterio, este es un nuevo estilo de vida, de acompañamiento, de evangelización: aprender a manejar la lejanía y convertirla en cercanía”, concluyó

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21 enero 2021, 17:11