Monseñor Córdoba Villota: El embrión es vida humana
Ciudad del Vaticano
“El aborto es un mal, es un antivalor”: lo afirmó monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, presidente de la Comisión de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia, interviniendo un foro público sobre el tema del aborto, que tuvo lugar el pasado 30 de noviembre, en el Senado de la República.
Tal como se lee en el sitio web de la a, el espacio virtual tuvo lugar tras la discusión en primer debate el Proyecto de Ley No. 140 de 2020, que tiene por objeto, a través de las modificaciones propuestas a los textos previstos en los artículos 90 y 93 de la Ley 84 de 1873, del Código Civil Colombiano, que la Ley reconozca que la existencia legal de una persona inicia desde la concepción y desde ese momento el derecho a la vida debe ser respetado, garantizado y protegido de forma incondicional en todas las etapas de desarrollo.
En el foro virtual, expresando su punto de vista sobre el tema, participaron más de 60 personas, entre académicos, médicos, Iglesia y en general la ciudadanía.
“No podemos caer de nuevo en esos graves errores con visiones ideológicas parcializadas que afirmaron que había distintas categorías de seres humanos, con más o menos derechos que otros, y que justificaron asesinatos en masa, respaldados por juristas al servicio de unas ideologías y regímenes” afirmó monseñor Córdoba Villota, indicando además que “la responsabilidad del Estado no consiste sólo en impedir el aborto o en evitar legislaciones abortivas” sino también en “garantizar la creación y promoción de las condiciones de la viabilidad de la vida con dimensiones verdaderamente humanas que garanticen el derecho a la vida desde la fecundación, pues ya es un ser humano”.
Definiendo el acto procreativo “biológico y espiritual”, porque Dios da el ser y la vida como don y como tarea, recordó que en esa tarea el ser humano es responsable, autónomo y feliz, si respeta su vida y la de los demás, como valor en sí mismo” (…) “esto es lo que hace que la vida de la persona, sea diferente, original y diversa, a la de las demás creaturas vivientes”.
Los hijos, un regalo de Dios
El presidente de la Comisión de Promoción y Defensa de la Vida de la CEC, se refirió además a la aparición de cada persona a través de “un acto cooperador del hombre y de la mujer mediante su potencia procreativa, reconociendo en el hijo, un regalo”.
Proteger el derecho a la vida
Finalmente, recordó que “el primer derecho de una persona humana es el derecho a vivir, por eso debe ser protegido más que a ningún otro”. Además, indicó que “bajo ningún pretexto, puede utilizarse el aborto, ni por parte de la familia, ni por parte de la autoridad pública, como medio legítimo para regular los nacimientos” (Cfr. Concilio Vaticano II).
“Cualquiera que sea la ley civil, - precisó - debe quedar bien claro que el hombre no puede jamás obedecer a una ley inmoral en sí misma; tal es el caso de la ley que admitiera el principio de la licitud del aborto” (AP 22). Finalmente recordó que la vocación del médico, "no es la de suprimir la vida, sino la de conservarla y favorecerla al máximo”.
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