é澱. Mensaje de Adviento: El ‘ya’ y el ‘todavía no’ de nuestra salvación
Alina Tufani - Ciudad del Vaticano
“La primera venida del Señor da por terminada la gran espera del Mesías; su regreso glorioso debe colmar la esperanza de la humanidad ya redimida por Cristo con su Pasión, Muerte y Resurrección”. Así se lee en el (CEM) con motivo del comienzo del Adviento. Un tiempo que, como afirma el mensaje, no es simplemente la preparación a la celebración del aniversario del Nacimiento del Salvador, sino la espera del cumplimiento del Misterio de la Salvación que él nos trajo”. Anuncio, promesa y cumplimiento, son las dimensiones de este Misterio de Salvación.
“El Adviento celebra el ‘ya’ y el ‘todavía no’ de nuestra salvación. Con la palabra Adviento (del latín adventus, es decir, venida, llegada, pero con matices de presencia), se expresa la unión singular del presente y el futuro, de la espera y el cumplimiento. Estos dos acontecimientos están tan estrechamente relacionados que se puede afirmar que son, de cierta forma, un único suceso: la Encarnación del Hijo de Dios se cumplirá definitivamente como al final de los tiempos, cuando el Señor vendrá en el esplendor de su gloria y podamos entrar con Él al Reino de los cielos”, subraya el mensaje.
El mensaje de la CEM hace una reflexión sobre las etapas de la Historia de la Salvación que se celebran con el Adviento: la antigua espera de los patriarcas respecto a la venida del Mesías que se cierra con la Encarnación, Pasión, Muerte, Resurrección y Glorificación del Hijo de Dios; el presente de la salvación en Cristo, ya actuándose en el mundo, pero ‘todavía no’ realizada plenamente; el futuro de la salvación que se desvelará en la transformación del mundo al final de los tiempos.
“El Adviento celebra, pues, la espera gozosa del cumplimiento definitivo de la Redención. De este modo, el Adviento es un tiempo que nos recuerda la espera del pleno cumplimiento de la salvación. La segunda venida de Cristo, tema recurrente sobre todo en las primeras semanas de Adviento, está en relación estrecha con su primera venida: la certeza de que el Hijo de Dios se hizo hombre nos anima a esperar su regreso glorioso, cuando las promesas mesiánicas tendrán cumplimiento total y definitivo”, enfatiza la CEM.
La Comisión para la pastoral litúrgica recuerda además que los días que van desde el 17 al 24 de diciembre tienen una importancia mayor a las demás ferias del tiempo del Adviento, y son llamadas con razón ‘ferias mayores’, porque están marcados por las siete antífonas del Cántico evangélico de las Vísperas. También explica que el Adviento tiene siempre presente a María, icono de la espera, por lo que al celebrar en este tiempo la solemnidad de la Inmaculada Concepción se presenta a la Virgen como “la preparación radical a la venida del Salvador y el feliz exordio de la Iglesia sin mancha ni arruga” .
En este contexto mariano, el mensaje de la CEM se concluye con una llamado a aprovechar este tiempo de Adviento, y más aún en medio de la pandemia, para “encontrar en la Virgen María el modelo de quien, aún en medio de las dificultades, sabe esperar al Señor, y para pedir su maternal intercesión en favor de quienes, enfrentando desafíos y adversidades, queremos velar y estar preparados para este el encuentro con el Señor”.
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