El Colegio Sagrado Coraz¨®n de Pamplona gana el premio nacional de inmigraci¨®n
Manuel Cubías - Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Los alumnos de 1° de Bachillerato del colegio Sagrado Corazón de Pamplona (FESB) han ganado el premio nacional de Inmigración y Convivencia por el proyecto "Pamplona, ciudad abierta" otorgado por la Red Española de Aprendizaje-Servicio. Se trata de una iniciativa que se desarrolló en el curso 2019-2020, en este centro educativo con la colaboración de las entidades sociales ALBOAN y SEI.
El objetivo era combatir prejuicios racistas entre los adolescentes y favorecer un clima de acogida e inclusión ante la población migrante llegada a esta ciudad española. La entrega del premio tendrá lugar el próximo 11 de diciembre desde Cáceres en una ceremonia online debido al actual estado de pandemia.
Cabe destacar que es el tercer año consecutivo en el que el colegio Sagrado Corazón de Pamplona recibe un premio nacional de aprendizaje-servicio por vincular lo que enseñan en las aulas, a la mejora del entorno más próximo. Este premio está dotado con 1.500 € que el colegio donará íntegramente a las asociaciones con las que ha colaborado en esta experiencia educativa.
En este contexto, Pope conversó con Josemari Aymerich Soler, Profesor de Secundaria y Bachillerato de este colegio y coordinador de proyectos "Aprendizaje - Servicio".
Aprender las dinámicas de migración
"Pamplona, ciudad abierta nace cuando un grupo de 22 estudiantes de 1º de Bachillerato, quiere colaborar de alguna manera para que su ciudad sea un lugar donde quepan todas las personas, sea cual sea su origen", explica Josemari subrayando que para ello (desde diferentes asignaturas), los jóvenes han aprendido las dinámicas de las migraciones y la situación de los refugiados que llegan a tierras pamplonesas: cuáles son los motivos por los que han tenido que dejar sus países de origen y qué los ha llevado a abandonar sus raíces para buscar una mejor vida en otros lugares.
Además, el coordinador del proyecto indica que en este interesante proceso de aprendizaje, los chicos y chicas entran en contacto con organizaciones que trabajan en Pamplona desde hace muchos años con personas migrantes: Alboan, SEI, CEAR o el COA Argaray entre otras.
"Mejorar la convivencia en nuestra ciudad"
Así comienzan sus acciones dando talleres de formación sobre este tema a compañeros y compañeras del colegio (de Secundaria y Bachillerato) adaptando las didácticas y mensajes a la edad de cada grupo. También, colaboran activamente con grupos de adolescentes migrantes de la asociación SEI promoviendo actividades de ocio y tiempo libre favoreciendo las relaciones entre iguales.
"Estos encuentros fueron muy bonitos y enriquecedores. El objetivo es mejorar la convivencia en nuestra ciudad. En los últimos años Pamplona ha recibido a muchos migrantes de varios países y a veces ocurre que la convivencia social no es tan buena como debería ser", añade Josemari Aymerich, explicando que desde el Colegio Sagrado Corazón, se promueven este y muchos otros proyectos que tienen la finalidad de "aprender y servir", y en los que los protagonistas son los alumnos:
Por otra parte, el profesor Aymerich argumenta que la mayoría de los migrantes que llegan a Pamplona provienen de países de América Latina y también de la zona del Magreb, la región norte del continente africano de origen árabe. Entre los muchos desafíos que deben enfrentar, se encuentran el propio desarraigo, la integración social, (para muchos hay una gran barrera lingüística), la falta de trabajo, la crisis económica y el choque entre culturas diversas.
De ahí la importancia de que existan proyectos como "Pamplona, ciudad abierta", que impulsen a la construcción de puentes de fraternidad y convivencia entre los habitantes, en lugar de alzar muros de división y rechazo.
Asimismo, nuestro entrevistado habla sobre qué sentimientos le genera personalmente este proyecto y el reconocimiento del premio:
Y para comprender mejor la esencia de esta iniciativa compartimos el testimonio de Carmen y Leire: dos alumnas que participaron en estas actividades con el fin de comprender mejor la situación que viven los migrantes y contribuir a forjar una mejor convivencia entre todos. Ambas relatan sus propias experiencias y anécdotas.
Por su parte, Leire define con una sola palabra lo que sintió al entrar en contacto con los jóvenes migrantes: "admiración", por el esfuerzo que hacen y los desafíos que tienen que enfrentar al llegar a tierras desconocidas.
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