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El Padre Luigi Maccalli El Padre Luigi Maccalli  

"Resistir para existir": El Padre Maccalli cuenta su encarcelamiento

"El futuro será como Dios quiera": mira cuánto ha vivido y menos lo que le espera, el misionero, originario de la provincia italiana de Crema, que fue liberado el pasado 8 de octubre tras el encarcelamiento iniciado en 2018 a manos de los yihadíes entre í y Mali. Y lo hace en una entrevista con la agencia Fides en la que también menciona a Radio Vaticano y la oportunidad que tuvo, a través de sus frecuencias, de escuchar la voz del Papa, "soplo de oxígeno" en la oscuridad de su cautiverio

Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano

El silencio, la misión, la muerte, la oración: es un río en crecida, emocionante, el Padre Pierluigi Maccalli en la entrevista – la primera desde su liberación el pasado 8 de octubre – concedida a la agencia Fides.

El misionero de 59 años de edad, y de la Sociedad Misionera Africana, que fue secuestrado en septiembre de hace dos años en Níger, se encuentra ahora en su casa, en Madignano, en la provincia italiana de Crema, entre familiares, ciudadanos y hermanos que, con la fuerza de la oración, lo han apoyado a distancia y hoy representan, para él, la confirmación de que "la Misión está en manos de Dios, es Missio Dei".

 

El testimonio que surge es el de un misionero totalmente encomendado  en las manos del Padre, que ha rezado y sigue rezando por sus carceleros y que aún necesita tiempo para comprender lo que este asunto significará para su vida. "Llevado en zapatillas y pijama", "considerado un 'kéfir', impuro y condenado al infierno", el misionero resume con dos verbos el tiempo de su encarcelamiento: "resistir para existir".

“Mi único apoyo fue la sencilla oración de la mañana y la tarde que aprendí en mi familia, de mi mamá, y el rosario de mi abuela, como oración contemplativa”

¿Dónde estás? ¿Por qué me has abandonado?

Un largo período de "silencio, purificación, retorno a los orígenes y a lo esencial" y muchas preguntas: "Grité como desahogo y lamento ante Dios: ¿dónde estás? ¿Por qué me has abandonado? ¿Hasta cuándo, Señor? ¡Lo sabía y sé que Él está ahí! Pero sé que Dios puede ser visto de espaldas, ahora que soy libre, en casa estoy empezando a entender".

“Mi único apoyo fue la simple oración de la mañana y de la tarde”

De Radio Vaticano la voz del Papa: un soplo de oxígeno

Dos largos años en los que no faltaron lo que el padre Gigi define como "dones", "soplos del Espíritu Santo". Como el que llegó el día de Pentecostés de 2020. Desde el 20 de mayo, cuando había conseguido una pequeña radio, cuenta:

“Pude escuchar todos los sábados el comentario al Evangelio del domingo en Radio Vaticano”

“Y una vez también la Misa en vivo... fue precisamente la Misa de Pentecostés 2020". El momento fue especial, la homilía del Papa "un soplo de oxígeno". Y cuenta:

“Esa mañana, para mi sorpresa, escuché al Papa Francisco en italiano, acerqué mi oído y sintonicé mejor la radio y me encontré al principio de la misa de Pentecostés en comunión con el Papa, la Iglesia y el mundo”

Hoy estoy en la Basílica de San Pedro en Roma…

Y se dijo a mí mismo: "Hoy estoy en la Basílica de San Pedro en Roma y, al mismo tiempo, en misión en África. Escucho con un poco de emoción las lecturas y el Evangelio que me recuerdan la palabra-lema de mi ordenación sacerdotal, el pasaje del Evangelio de Juan (Jn 20): ‘Como el Padre me ha enviado, yo también los envío’. Recibe el Espíritu Santo".

“La misión no es sólo 'hacer', sino silencio y, básicamente, es Missio Dei”

Misionero desde lo profundo del corazón

Ante la pregunta de si ¿tuvo miedo de ser asesinado?, responde que sólo una vez, cuando recibió una amenaza... o mejor dicho, “la promesa de una bala en la frente", pero "siempre me he sentido misionero, incluso con los pies encadenados, diría 'misionero de corazón'".

“Me di cuenta de que la misión no es sólo el 'hacer', sino el silencio y, básicamente, es Missio Dei, es la obra del Señor”

El futuro está en las manos de Dios

No tiene ningún rencor contra los que lo mantuvieron prisionero, sino sólo "mucha tristeza" para aquellos a los que el padre Pierluigi define como "jóvenes adoctrinados por los vídeos de propaganda", que "no saben lo que hacen" y a los que, de hecho, antes de su liberación, deseaba en francés que se dieran cuenta, un día, de que “todos somos hermanos".

Éste es mi presente

La entrevista se cierra con la mirada puesta en el mañana, un mañana que el misionero deseaba que surgiera cada día, durante su encarcelamiento, y que hoy entrega en las manos de Dios:

“En cada puesta de sol me decía 'esperemos el mañana'. Luego, al amanecer, tomaba mi rosario y seguía el ritmo de mi día con los gestos cotidianos día tras día. El futuro pertenece a Dios, ahora disfruto mi regreso a casa, éste es mi presente”

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15 octubre 2020, 15:24