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Ciudad del Vaticano

A tres años de la visita del Papa Francisco a Colombia, donde recordó en Cartagena la obra de San Pedro Claver – misionero y sacerdote jesuita español que pasó a la posteridad por su entrega a aliviar el sufrimiento de los esclavos del puerto negrero de Cartagena de Indias apodándose a sí mismo el «esclavo de los negros» – el padre Venancio Muangi Muny, responsable de la Pastoral Afro en Colombia y misionero de la Consolata originario de Kenia habla para Pope de las expectativas que tenía esta comunidad sobre la visita del Papa: “Lo que fue el sueño y las expectativas que se generaron con la visita del Papa, en su momento, generaron una energía positiva de mucha esperanza, pero no solo para el pueblo afro descendiente sino también para toda Colombia. Pero tristemente debemos confirmar que en los dos últimos años la situación de derechos humanos ha decaído bastante, en Colombia estamos experimentando asesinatos de líderes sociales, masacres solo en el mes de agosto que acabamos de terminar, en concreto se dieron siete masacres, una de ellas sucedió aquí en la Arquidiócesis de Cali donde asesinaron cinco jóvenes menores de edad todos ellos afro descendientes”. “Es muy triste – puntualiza –pero Colombia sigue en una situación muy precaria en materia de derechos humanos”.

El padre Venancio además asegura que el país se está volviendo a lo que se conoció como el conflicto armado, y la situación política no ha podido garantizar la implementación de los acuerdos de paz : “De esta manera, quien se había recogido al proceso de paz empieza a retornar al conflicto armado y también hay una persecución de liderazgos sociales que están intentando a callar las voces - porque, dice –  después del fracaso que se ha venido dando en materia de implementación de los acuerdos de paz, el movimiento social se ha empoderado en denunciar y manifestar ante la comunidad internacional la violación de los derechos humanos y la respuesta ha sido una persecución sistemática”. Además, asegura que “todavía no logra entender quién está detrás de todo esto”, pero seguramente dice “hay una mano institucional o de grupos armados que de manera sistemática está volviendo a sembrar el terror en medio de las comunidades”.

También explica que después de la visita del Papa en 2017, se han visto convocados a revisar su agenda como Pastoral Afro: “El documento querida Amazonia está muy orientado a la población indígena pero también como población afro descendiente queremos aplicar aquello que es el sueño eclesial para que también pueda transformar y oxigenar la acción del pueblo negro en la Iglesia”.

Por último expresa que sería muy oportuno que se realizara “una carta pastoral, una encíclica” para “ayudar a que pastoralmente puedan concretar y articular mejor los esfuerzos que se están haciendo desde la base” y para que se sienta “que lo que hace la Pastoral Afro y el sufrimiento del pueblo negro también le preocupa la Iglesia”.

En segundo lugar sería muy oportuno – concluye – denunciar lo que está sucediendo: “estamos en un tiempo en que el racismo vuelve a manifestarse, ahora lo hemos experimentado en Estados Unidos, aquí mismo en Colombia, el maltrato y la violencia física hacia la población negra, sentimos que hace falta una denuncia más contundente y realmente llamar a la feligresía, porque parte del testimonio de nuestra fe es luchar contra toda clase de discriminación racial”.