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Federico Piana- Ciudad del Vaticano

La que comienza hoy y terminará el 16 de agosto no será la clásica peregrinación nacional francesa al Santuario de Lourdes, llegada a su 147ª edición. Debido a la pandemia, el evento - que tiene un título profético: "Ir a la Fuente del Amor" - prevé la participación de unos pocos peregrinos, a diferencia de las multitudes oceánicas de años anteriores. En representación de todos los fieles, los enfermos y los pacientes de los hospitales que no pueden asistir, hay una delegación que "también tendrá la tarea de prestar asistencia a la gente en el lugar", hace saber la Conferencia Episcopal Francesa.

Presente el Secretario de Estado Vaticano

Aunque el virus ha impuesto un número reducido de participantes, la tradición, en lo que se refiere a los eventos, se respeta: el programa es, como siempre, rico en celebraciones, rezo del Santo Rosario, procesiones, testimonios, conversaciones bíblicas, sociales y espirituales, vigilias, oraciones en la Gruta de Massabielle y conciertos. El día de la Solemnidad de la Asunción - 15 de agosto - la celebración eucarística será presidida por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado Vaticano.

Bienvenida especial

"La peregrinación nacional francesa - recuerda el Padre Nicola Ventriglia, capellán del Santuario de Lourdes - está organizada por la Congregación de los Asuncionistas. Para los peregrinos que participan, se preparó una cálida bienvenida, casi especial: deben sentirse como en casa. Después de todo, el santuario mariano es el hogar de María y como hogar de María es el hogar de todos nosotros". Habrá celebraciones internacionales porque, como recuerda el padre Ventriglia, Lourdes es un santuario mundial: "Aunque la peregrinación sea en francés,están previstas   celebraciones  en diferentes idiomas. No sólo. La consagración al corazón de María también será muy hermosa".

Las piscinas abiertas, signo de normalidad

Durante la peregrinación habrá una importante señal del lento retorno a la normalidad: las piscinas estarán abiertas. "El baño, sin embargo, no será posible todavía -precisa el Padre Ventriglia . Pero pueden seguir un itinerario a su alrededor que terminará con el gesto del agua: ayudados por nuestro equipo, los peregrinos podrán tomar agua, beberla o lavarse. Así como María hizo que Bernadette tuviera una hermosa experiencia, nosotros queremos hacer que los fieles presentes se sientan bien".

La presencia del Cardenal Parolin, motivo de aliento

A las 10 de la mañana del sábado 15 de agosto, la celebración de la Solemnidad de la Asunción de María al Cielo será presidida por el Secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin. "Su presencia - agrega el padre Ventriglia - es un estímulo para nosotros en un momento tan difícil. Su presencia también nos trae la cercanía de nuestro amado Santo Padre".