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Isabella Piro – Ciudad del Vaticano

"Solidaridad creativa en la fragilidad común": este es el tema de la edición de 2020 de la Semana Mundial de la Paz en Palestina e Israel, promovida por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI). El evento se celebrará del próximo 14 al 21 de septiembre y quiere ser -tal y como se lee en el sitio web del organismo ecuménico- un momento de testimonio "para promover una paz justa" en la región. "Recordamos a los líderes mundiales, así como a la opinión pública, que la paz es un proceso frágil", dice el CMI. De hecho, no es "sinónimo de pactos y acuerdos estratégicos", sino que es "una actitud profunda, arraigada en los corazones y las instituciones". Todo esto mientras "las guerras, la violencia, el odio, la injusticia social, las graves consecuencias de Covid-19 - subraya el Consejo de Iglesias - no hacen más que acentuar, día tras día, la fragilidad de la humanidad".

Y Palestina e Israel, continúa la nota, viven "una situación de extrema fragilidad" ante la cual, sin embargo, el CMI reafirma "la fuerza de la oración", porque "sólo el Espíritu de Dios puede ablandar los corazones y cambiar las actitudes". Por consiguiente, durante la Semana Mundial, que concluirá con el Día Internacional de Oración por la Paz el 21 de septiembre, "se alienta a las organizaciones eclesiásticas, las congregaciones y las personas de fe a que den un testimonio común participando en servicios de culto, actos educativos y actos de apoyo a la paz y la justicia para los israelíes y los palestinos".

Cabe recordar que, en vista del evento de septiembre, el CMI ha publicado un folleto especial que contiene oraciones, ideas y sugerencias de iniciativas para promover la paz. Por ejemplo, anima a las familias y a los amigos a escuchar y leer las noticias de actualidad sobre Oriente Medio para comprender la realidad del lugar; siempre que sea posible, les invita a organizar una comida compartida con las comunidades judía y musulmana "con el fin de construir relaciones entre las comunidades"; se sugiere celebrar un momento de oración común entre los líderes religiosos y contactar con los políticos locales para que se conviertan en portavoces de la importancia de la paz en Tierra Santa. Por último, desde el punto de vista de la comunicación, se recomienda compartir sus experiencias especialmente con los medios de comunicación locales y las redes sociales, utilizando el hashtag #HolyLandPeace.