笔别谤ú: el esfuerzo de 箩ó惫别苍别蝉 en zonas rurales para estudiar en la pandemia
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Recibir una educación académica constante y de calidad supone siempre un desafío cuando hablamos de zonas rurales incomunicadas, poco pobladas y donde no llega fácilmente la cobertura telefónica.
En Perú las escuelas siguen cerradas a causa de la pandemia del coronavirus, lo cual dificulta, aún más, el acceso a la formación escolar de muchos niños y jóvenes que cada día tienen que recorrer varios kilómetros hasta encontrar puntos geográficos donde es posible recibir señal de Internet y participar de las lecciones online.
A través de estas imágenes del fotógrafo Carlos Mamani, podemos ver el esfuerzo diario de Raymunda Charca, una madre que ayuda a sus hijos (de izquierda a derecha) Juan Carlos, de 13 años, Álvaro, de 10 años, y Roxana Cabrera, de 16 años; a realizar sus tareas en la cima de una colina en la remota comunidad montañosa de Conaviri, distrito de Manazo, en los Andes peruanos cerca del lago Titicaca y la frontera con Bolivia.
Aunque parezca extraño, precisamente desde la cima de esta colina es posible conectarse a Internet y participar de estas "clases virtuales" que ayudan a los jóvenes a no perder su hábito de estudio y a permanecer conectados con el mundo académico.
Se trata de una noticia de esperanza en medio de las grandes dificultades que atraviesa Perú en esta pandemia, demostrando, una vez más, el poder de la tecnología que permite a personas con pocos recursos, acceder a las ventajas de la comunicación y reducir el fuerte impacto educativo que está causando el cierre de las escuelas en este país y en tantos otros de América Latina.
Gracias al esfuerzo de su madre Raymunda, quien los alienta a no abandonar los estudios (ni siquiera a causa de la crisis pandémica); los hermanos Cabrera hacen uso de la plataforma educativa "Aprender en casa", que fue puesta en marcha por el Ministerio de Educación del Perú beneficiando a tantos niños y jóvenes, que como ellos, viven en zonas rurales, aisladas de todo y donde estudiar se convierte en un gran sacrificio que exige de una profunda voluntad para no perecer en el intento de lograr un futuro mejor.
De esta manera, los tres continúan aprendiendo mediante ejercicios, dictados y deberes, siempre bajo la supervisión atenta de su madre; rodeados de un escenario ecológico que supera al de cualquier aula escolar: la belleza de una montaña que se ha convertido en su "aula natural".
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