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Isabella Piro 鈥� Ciudad del Vaticano

El 15 de agosto, la Iglesia Católica en Brasil celebrará una jornada de reflexión y oración sobre el "Pacto por la vida y por Brasil". Este documento fue firmado el 7 de abril, con ocasión del Día Mundial de la Salud, por la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB), junto con otros organismos nacionales como el Colegio de Abogados, la Academia de Ciencias y la Asociación de la Prensa.

En el contexto de la pandemia de coronavirus, el "Pacto" reconoce que el país atraviesa "una grave crisis sanitaria, económica, social y política" y exhorta a todos, especialmente a "los gobernantes y representantes del pueblo", a ejercer "una ciudadanía guiada por los principios de solidaridad y dignidad humana, basada en un diálogo maduro y corresponsable, en busca de soluciones compartidas para el bien común, especialmente de los más pobres y vulnerables".

"La misión evangelizadora de la Iglesia -explica el presidente de la CNBB, Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo- no está exenta de la tarea de contribuir, en colaboración con sectores de la sociedad civil, a la superación de la injusticia y la discriminación contra los pobres y vulnerables, a la defensa de los derechos y la promoción de la justicia, a apoyar la democracia y a contribuir a la realización del bien común.

Se hace eco de él el Secretario General de la CNBB, Monseñor Joel Portella Amado, para quien la tragedia de la pandemia del Covid-19 no sólo concierne al aspecto médico-sanitario, sino también a muchos otros aspectos, entre ellos las consecuencias económicas, sociales, políticas y la ola de desinformación que afecta a la población. Y por eso el "Pacto" es tanto más necesario: de hecho, Monseñor Jaime Spengler, primer vicepresidente de la CNBB, señala que tiene como objetivo "el entendimiento, el compromiso, el acuerdo entre las diversas entidades de la sociedad", resaltando "la voluntad de colaborar en la búsqueda de un nuevo tiempo para Brasil", y "la necesidad de promover los principios de solidaridad y dignidad humana".

Ante la pandemia, subrayan los obispos, se necesitan "grandes y urgentes cambios que vayan más allá de las provocaciones y el personalismo" y que trabajen para el bien de todo el pueblo brasileño. Lo que debe prevalecer, por lo tanto, es "la práctica de la solidaridad como signo de autenticidad evangélica", continúan los prelados, que luego afirman: "No es justo echar el peso de la grave crisis actual sobre los hombros de los más pobres".

"Si la pandemia - reitera de nuevo la CNBB - como su nombre indica, es un fenómeno global, también lo debe ser la forma de enfrentarlo. Por esta razón, el 'Pacto' debe ser apoyado por toda la sociedad brasileña en su diversidad, fortaleciendo la democracia y la unidad".

De ahí el llamamiento a poner en práctica este documento "de manera eficaz" y "sin soluciones a corto plazo", sino centrándose en cada una de las oportunidades para " comprometerse de manera decisiva en la promoción de la vida, especialmente de los más vulnerables".

"Este 'Pacto por la vida y por el Brasil' -concluye Monseñor Amado- no es sólo un documento entre muchos, sino un proceso cuyo inicio ya no se puede posponer. La Jornada de Reflexión y Oración se inscribe en este contexto de promoción de un diálogo constante entre todos los sectores de la sociedad para superar la crisis actual.