Venezuela: Urosa pide intensificar la ǰó personal en medio de la peste
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
“Estamos sin duda en una situación difícil y grave. Llevamos ya casi 5 meses de sobresalto y penurias debido a la peste. Y sentimos el peso de la angustia, de la escasez, de la incertidumbre, del encerramiento”. Este panorama trazado por el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, es más bien un llamado, como dice el título de su carta abierta, a la “Fortaleza y Esperanza en medio de la peste”.
La misiva abre con dos imágenes, la parábola de la pesca milagrosa y Jesús que camina sobre las aguas y anima a sus discípulos a no tener miedo, las cuales recuerdan la forma de vivir la fe y de seguir a Jesús. “Es bueno que recordemos estas palabras de Jesús y tengamos la seguridad de su presencia entre nosotros”, afirma el purpurado. Sobre todo, explica, porque “en medio de las dificultades, en un ambiente que se olvida de Dios, con carencias materiales insólitas, Jesús está con nosotros y nos alienta”.
El cardenal Urosa lamenta que, a causa del aumento sostenido de los contagios desde principios de junio, y la precaria situación del sistema nacional de salud, los obispos han tenido que limitar la participación de los fieles en las misas pues la idea es abrir progresivamente y con cautela los templos al culto público para evitar el peligro de contagios masivos. En este contexto, el arzobispo emérito pide no olvidar el recurso a la oración personal y familiar en el hogar: “En estas duras semanas de peste y confinamiento los invito, pues, a intensificar la oración, el contacto directo, personal, intimo con Dios: a través de la lectura de la Biblia, especialmente los Evangelios y las Cartas de los Apóstoles; la comunión eucarística espiritual, el rezo diario y fervoroso del santo Rosario”.
El purpurado recuerda que la Iglesia y los cristianos están inmersos en el “ambiente secularizado y antirreligioso de la época moderna” y que es precisamente en los tiempos de una “peste maligna” que, como misioneros y testigos de la fe, se debe hacer presente en el mundo “el inefable, transformador y gratificante amor de Dios, su misericordia y su felicidad”.
“Precisamente en estos tiempos difíciles – reitera el cardenal Urosa - fortalezcamos nuestro fervor religioso, en nuestra familia, en el hogar, y pidamos a Dios que aumente nuestra fe, una fe viva, que, animada por la caridad, nos lleve a vivir a fondo nuestra vocación cristiana y nuestro compromiso social”. Y al recordar que además de ofrecer aliento, esperanza y fortaleza a quienes están cerca, hay que procurar aliviar las necesidades materiales de los vulnerables, el purpurado encomienda esta grave situación a la intercesión de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela.
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