Sacerdotes ungidos para celebrar la EucaristÃa, ungidos para servir
Ciudad del Vaticano
“Hoy quisiera estar cerca de los sacerdotes, de todos los sacerdotes, desde el recién ordenado hasta el Papa. Todos somos sacerdotes: los obispos, todos... Somos ungidos, ungidos por el Señor; ungidos para celebrar la Eucaristía, ungidos para servirâ€, con estas palabras el Papa Francisco recordaba a los sacerdotes de todo el mundo, lo específico de la vocación y misión a la que han sido llamados, en la celebración de la , este Jueves Santo, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
El Santo Padre a pesar de no haber celebrado la Misa Crismal este Jueves Santo, no quiso dejar pasar esta Misa sin recordar a los sacerdotes. “Sacerdotes que ofrecen su vida por el Señor – precisó el Papa – sacerdotes que son servidoresâ€, que incluso han dado sus vidas atendiendo a los enfermos de Covid-19 en muchos hospitales del mundo, juntamente con médicos y enfermeros. Son “los santos de la puerta de al ladoâ€, dijo el Pontífice, sacerdotes que dieron su vida sirviendo.
Al igual que el Papa Francisco, muchas Conferencias Episcopales, Obispos Diocesanos y Superiores de Comunidades Religiosas enviaron sus saludos a los sacerdotes en su día.
Paraguay: Servir con creatividad y caridad pastoral
“En esta hora crucial, cada sacerdote debe ingeniarse con una creatividad y caridad pastoral para hacer llegar a sus fieles una palabra de fe y esperanza en el Señor ante la imposibilidad de una Celebración eucarística comunitaria, porque como dice San Gregorio Magno: Arte de las artes es la guía de las almasâ€. Este es el llamado de los Obispos de Paraguay en su mensaje al Clero en ocasión del Jueves Santo, mientras se combate el drama de la pandemia de Covid-19. Asimismo, el Episcopado paraguayo subraya que el ministerio sacerdotal en este tiempo de profunda crisis mundial por la pandemia de coronavirus se revela más significativo y crucial. “Esta realidad actual del COVID-19 – se lee en el mensaje – nos une en una profunda adhesión al amor de Cristo y de la Iglesia, ofreciendo nuestra propia vida como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios por nuestro puebloâ€.
Ucrania: Llamados a hacer brillar la luz de la fe
“Hacer brillar con confianza la luz de la fe y cuidar del Pueblo de Dios. A esto es a lo que los sacerdotes están llamados en las dramáticas circunstancias que el mundo está experimentando hoy en día en la época del Coronavirusâ€. Es lo que el Arzobispo Mayor de Kiev-HalyÄ, Sviatoslav Shevchuk subrayó en su mensaje para el Jueves Santo publicado en la página web de la Iglesia Greco-católica ucraniana. En el día en el cual los sacerdotes renuevan las promesas de su ordenación, Monseñor Shevchuk recordó que no sólo son ministros del Cuerpo y la Sangre de Cristo, sino también portadores de su Palabra de salvación y esperanza. En este sentido, están llamados a escuchar las ansiedades y esperanzas de la humanidad de hoy "para que puedan llevar fielmente las oraciones e invocaciones de todo nuestro pueblo ante Dios".
Perú: Servidores que den esperanza a la humanidad
“En todos los servidores del mundo, en todas las personas que en este momento se aprestan arriesgando su vida para dar esperanza a la humanidad, está presente el Cuerpo y la Sangre de Jesúsâ€, lo dijo el Arzobispo de Lima y Primado de la Iglesia en el Perú, Monseñor Carlos Castillo, en su homilía en la Misa de la Cena del Señor, celebrada en el Seminario Santo Toribio de la capital peruana. “Jesús entendió que el mensaje del Padre era perdonar y amar hasta el extremo – comentó Monseñor Castillo – pasar de este mundo al Padre, significaba para Jesús, aceptar que iba a ser asesinado y redimir a una humanidad lacerada e injustaâ€. Alentando a los sacerdotes y seminaristas, el Arzobispo de Lima dijo que, “esta noche estamos reunidos en nuestras casas, como aquí en el Seminario también estamos reunidos con nuestros jóvenes seminaristas para recibir de Jesús su última cena, que quiso dejar su Cuerpo y su Sangre representados con el pan de cada día que comemos para alimentarnos, y con el vino que es signo de alegría y de esperanzaâ€.
Cardenal Barreto: Signos de esperanza y de una vida nueva
“Vivamos esta experiencia Pascual del paso de la muerte a la vida, y de esta vida nueva que Jesús nos quiere ofrecer hoy, con alegría y con esperanzaâ€, fue el aliento del Cardenal Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo, Perú, a los sacerdotes de su Arquidiócesis en la celebración del Jueves Santo, con la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. “Jesús nunca nos va a abandonar – afirmó el Cardenal Barreto – y nunca el hombre va a sufrir tanto el abandono como sufrió Jesús y que la columna vertebral de la esperanza está fundamentada en la Resurrección de Jesucristo. Jesús venció la muerte, Jesús nos da a nosotros la vida y por eso dice Jesús: aquel que cree en Mí, aunque muera vivirá. Y esta es la esperanza y la alegría en medio de nuestro dolor que tenemos que manifestar y testimoniarâ€. La resurrección de Jesús es signo de esperanza, signo de una vida nueva, de una vida distinta a la que nosotros vivíamos antes de comenzar este tiempo de la pandemia y de manera especial con este inesperado proceso de aislamiento social.
México: La dignidad del servicio al lavar, limpiar y purificar
“No hay mayor ejemplo que Cristo entregado a plenitud en la Eucaristía y en la Cruz. Hoy de una manera especial nos unimos a Jesús en el silencio de su Sagrario, en la entrega y en el servicio, en el encuentro con los suyos, en su presencia Eucarísticaâ€, lo afirman los Obispos de la Conferencia Episcopal de México (CEM), en su Mensaje para el Jueves Santo, día del amor, día del pan, día del vino, día del servicio, día de la unidad, día del sacerdocio. Este día, señalan los Prelados, se inicia esa cena de intimidad y celebración con un gesto sorprendente. “Un gesto que no es solamente una seña de ese momento, sino un gesto que se ha hecho realidad desde el momento mismo de la Encarnación, porque Jesús siendo Dios no se aferró a su dignidad de Hijo, sino que se hizo en todo semejante a los hombresâ€. Y ahora se hace servicio al lavar los pies a sus discípulos. El esclavo que lava los pies, no solamente se torna en servidor, sino que se abaja y mira desde el suelo a su Señor.
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