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Fieles en la Plaza de San Pedro durante el ?ngelus del 8 de marzo 2020. Fieles en la Plaza de San Pedro durante el ?ngelus del 8 de marzo 2020.  

Coronavirus en Italia: momento de ´Ç°ù²¹³¦¾±¨®²Ô y corresponsabilidad

El arzobispo de la localidad italiana L'Aquila hace un llamamiento a la "movilizaci¨®n de la ´Ç°ù²¹³¦¾±¨®²Ô, especialmente en las familias, para pedirle a Dios que libere al mundo del "flagelo" de la epidemia".

Davide Dionisi - Ciudad del Vaticano

"Para los residentes de L'Aquila, este jadeo de emergencia, causado por la epidemia del coronavirus, representa un sufrimiento adicional que afecta a la comunidad, dramáticamente afectada por el terremoto en 2009". El cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo de L'Aquila, hace un llamamiento a una "movilización de la oración (especialmente en las familias), para pedirle a Dios que libere al mundo y a nuestra gente de este flagelo".

Alerta de conciencia

"La propagación del contagio del coronavirus - escribe el cardenal - representa una seria amenaza para toda la población ( a nivel nacional y planetario)". Además, dice, "la contraofensiva a este peligro inminente requiere el estado de alerta de las conciencias y la adopción unánime de comportamientos adecuados". "Es el momento de la corresponsabilidad" explica el Cardenal Petrocchi, es decir, de una convergencia de pensamiento y acción que postula un compromiso en plural. ¡°Este paso hacia adelante de la conciencia civil y religiosa "contínua" requiere una sabiduría compartida y un espíritu de obediencia a las reglas (higiénicas, de salud y sociales) establecidas por las autoridades legítimas¡±.

Una comunidad lista para enfrentar dificultades

El arzobispo italiano además pide evitar "las discrepancias éticas y las disonancias conductuales, precisamente porque son perjudiciales para el bien general". En este dramático momento, el arzobispo de L'Aquila pide unidad de propósito: "En la Edad Media, cuando un peligro se acercaba a las murallas de la ciudad, se tocaban las campanas con el martillo: era la señal que unía a los ciudadanos", subraya, y agrega que "las divisiones fehacientes y los antagonismos internos tenían que superarse de inmediato, así como los individualismos y los intereses privados debían dejarse de lado para converger, compactar, hacia la defensa del bien común, que es el bien de todos y cada uno".

Gracia y unidad

Por último, dirige un pensamiento hacia los enfermos y para aquellos que trabajan en estos días con un espíritu de sacrificio: "Expreso solidaridad fraterna con las personas afectadas por la enfermedad y gratitud activa a quienes, al frente de las instituciones, la salud, el orden público, los servicios sociales, se comprometen, con heroísmo a menudo anónimo, a luchar en esta batalla con altruismo y colaboración competente".

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10 marzo 2020, 16:36