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Ciudad del Vaticano

Vietnam

En Vietnam, la Diócesis de Phan Thiet ha pedido a todas las parroquias de la ciudad costera de la provincia de Binh Thuan que cancelen temporalmente las misas públicas, las clases de catecismo, las reuniones y otras actividades en las iglesias para proteger la salud de la gente. Por lo tanto, invitó a los católicos a seguir las misas diarias en línea. El padre John Vianney Duong Nguyen Kha, jefe de la oficina de la diócesis de Phan Thiet, dijo que la celebración de las misas por los sacerdotes en otras áreas de la provincia debería ser corta y las reuniones en las iglesias limitadas. También invitó a todos a llevar máscaras en la cara y a lavarse las manos con desinfectante cuando asistan a misa y se confiesen en la iglesia, instándoles a rezar fervientemente para que la pandemia termine pronto.

El anuncio hecho por la diócesis vino después de que la ciudad, un famoso destino turístico, confirmara nueve casos de coronavirus. El 14 de marzo, las autoridades de la ciudad de Ho Chi Minh solicitaron el cierre de todos los bares, cines, teatros, cervecerías, discotecas y otros lugares de entretenimiento público del 15 al 31 de marzo.  Vietnam ha rechazado la entrada desde el 15 de marzo y ya no expedirá visados de turista a los ciudadanos europeos durante 30 días. Todos los pasajeros de China, Corea del Sur, el Reino Unido y los países de Schengen serán puestos en cuarentena y sometidos a pruebas de coronavirus. En el país, el 15 de marzo, el Ministerio de Salud confirmó 57 casos de COVID-19, y unas 30.000 personas fueron puestas en cuarentena o vigiladas en sus casas y hospitales. No hay muertos.

Lituania

En Lituania, a partir del lunes, todas las celebraciones litúrgicas se suspendieron en el país. La Conferencia Episcopal lo comunicó en una carta dirigida a todos los fieles. La principal preocupación de la Iglesia es el bienestar espiritual de los creyentes, así como su seguridad y salud. Por esta razón, los obispos lituanos, tras la decisión del gobierno de declarar el estado de cuarentena en todo el país, han decidido que se suspenderán todas las celebraciones públicas en la iglesia.

Los obispos invitan a los creyentes a no ir a la iglesia, sino a seguir las celebraciones litúrgicas transmitidas por radio, TV e Internet. Las iglesias permanecerán abiertas para la oración individual. Los funerales, bautismos u otros sacramentos se celebrarán sólo de forma estrictamente privada, con la participación de los miembros de la familia. Los obispos instan a la gente a dedicarse más a la oración privada en casa: leer las Escrituras, meditar la Pasión de Jesús y dedicar más tiempo a la oración familiar. A través de la comunicación en línea, las familias y los individuos pueden unirse a grupos de oración o celebrar la Palabra de Dios. Los fieles están invitados a vivir este tiempo de prueba con serenidad y esperanza y a verlo también como un tiempo que nos ofrece nuevas oportunidades para redescubrir al Señor.

Polonia

El presidente del Episcopado polaco agradece a los fieles, sacerdotes y trabajadores de la salud por su servicio a la vida. El arzobispo Stanis?aw G?decki, presidente de la Conferencia Episcopal Polaca, en una declaración en el sitio web del Episcopado, expresó la esperanza de que la situación que estamos viviendo, la pandemia, nos lleve a la búsqueda de la Palabra de Dios.

En Polonia, debido a la situación actual de amenaza epidémica, las autoridades han introducido la prohibición de las concentraciones, incluidas las misas y celebraciones, para más de 50 personas. Por esta razón y para la seguridad de los fieles, el Consejo Permanente del Episcopado ha introducido reglas especiales, válidas, durante la liturgia, hasta el 29 de marzo. El domingo 15 de marzo, los fieles de las parroquias, dispensados del precepto de asistir a la misa, pudieron seguirla a través de los medios de comunicación.

Obispo de Derry, Irlanda: la Iglesia lleve esperanza

¿Cómo se puede hablar de esperanza en un momento de crisis e incertidumbre causado por la pandemia del coronavirus? Esta es la pregunta de Monseñor Donal McKeown, Obispo de Derry, Irlanda, que ayer, 15 de marzo, celebró la misa en la catedral local de San Eugenio. Y en su homilía, el prelado ofreció tres soluciones, cada una para cada área donde el "Covid-19" ha causado daños.

La crisis de la pandemia, de hecho, subrayó el prelado, es triple: la atención sanitaria, porque se teme que las estructuras hospitalarias no sean capaces de "hacer frente a una oleada repentina de enfermos". Luego está la crisis económica, porque el contagio del coronavirus ha bloqueado, o al menos frenado el mercado mundial. Además, existe una crisis cultural: para una sociedad acostumbrada "al entretenimiento permanente y al ruido constante" -explicó Monseñor McKeown- "la cuarentena y el silencio representan una amenaza para un estilo de vida dedicado a la distracción" y en el que prevalecen las opciones personales.

¿Qué puede hacer la Iglesia ante todo esto? "En primer lugar -señaló el obispo de Derry- debemos atender las necesidades físicas y la salud de los que corren más peligro", dejando de lado el "egoísmo" y actuando con "generosidad", siempre en pleno cumplimiento de las normas sanitarias para evitar la propagación del contagio. En segundo lugar (y aquí el prelado se refirió explícitamente a las iniciativas nacidas en Italia en las redes sociales que invitan a todo el país a cantar desde los balcones, a una hora determinada, para sentirse unidos, aunque estén físicamente distantes) debemos "ser creativos para poder sonreír juntos ante el miedo que amenaza con abrumar a muchas personas". "Las comunidades pueden apoyarse mutuamente", subrayó Monseñor McKeown, "y las palabras adecuadas pueden marcar la diferencia". Tercero, como "discípulos de Jesús, sabemos que los tiempos difíciles son un llamado a la oración y la penitencia. Los que conocen a Jesús creen que el mal no puede ganar nunca, dijo el Obispo de Derry. Por lo tanto, nunca se debe dudar del poder de la oración para combatir el mal en todas sus formas. De ahí la exhortación a fortalecer la oración en la familia, ayudando también a los niños a conocer mejor a Jesús y a tener fe en Él y en su obra de salvación. También es central la invitación a mantener abiertas las iglesias diocesanas para la oración individual y a usar la tecnología digital para "conectarse" y ofrecer a los fieles el apoyo que necesitan.