Católicos y luteranos: juntos, llaman a Europa para ayudar a refugiados
Isabela Piro – Ciudad del Vaticano
Recordando que la solicitud de asilo es un "derecho humano", de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia reafirman que la Unión Europea tiene el "compromiso jurídico y la obligación moral" de apoyar a las personas que buscan refugio contra la opresión y la persecución. En un momento en que la crisis en las fronteras entre Turquía y Grecia está en llamas, donde miles de refugiados, especialmente sirios, están tratando de entrar en Europa, los dirigentes cristianos dicen ser conscientes de la aparición de problemas políticos, culturales y económicos que "suscitan preocupaciones y temores legítimos", pero instan a todos a no olvidar sus responsabilidades.
Las personas que huyen de las condiciones insostenibles - se lee en el mensaje conjunto - pueden perder casi todo, pero nunca sus derechos humanos". De ahí el llamamiento a no aceptar nunca la "deshumanización" de los refugiados, ni su "reducción a una amenaza". Por el contrario, pide "una respuesta digna, un derecho de asilo que funcione y una responsabilidad compartida como países democráticos". Tanto más cuanto que "garantizar el orden y la prosperidad en Europa a costa del caos en las fronteras exteriores es incompatible" con los fundamentos constitutivos de la propia Europa, así como excluir a los refugiados "es inaceptable" para las comunidades cristianas, socava el testimonio de ello en el mundo "y eleva las fronteras nacionales a ídolos".
Los católicos y luteranos de Escandinavia recuerdan, entonces, que "la Unión Europea es un proyecto de paz" y esto "debe seguir siéndolo". El principal peligro para el continente, por lo tanto, "no proviene de los miles de personas que se refugian allí", sino "de la pérdida de los valores universales, de la dignidad humana" y de "nuestra humanidad común". Sin embargo, la esperanza sigue viva, el mensaje conjunto continúa, porque según las últimas encuestas, "la solidaridad con los refugiados se sigue sintiendo" y es "una mina de oro del humanismo" que necesita "ser escuchada". Ser humano significa, de hecho," concluyeron los obispos católicos y luteranos, "trabajar por la justicia y la defensa de los débiles y oprimidos.
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