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Sínodo: La Iglesia junto a los pueblos indígenas devastados por la minería

Padre Darío Bossi, referente en Brasil de la red `Iglesias y actividades mineras': a los otros padres sinodales les hice escuchar el dolor de las vidas violentadas. La Iglesia debe tomar partido contra los que saquean y defender a las víctimas.

Federico Piana- Ciudad del Vaticano

En el Sínodo sobre el Amazonas, el P. Darío Bossi, superior provincial de los misioneros combonianos en Brasil, representa también la red eclesial ecuménica latinoamericana "Iglesias y actividades mineras". Desde hace más de diez años recoge los gritos de los pueblos indígenas devastados por el saqueo voraz de las multinacionales en busca de yacimientos subterráneos de minerales preciosos. Un sentimiento de dolor mezclado con desesperación que transmite con gran emoción a los otros padres sinodales. "La minería es una de las amenazas más violentas para Panamazonía. Hay proyectos de gobiernos locales, no sólo multinacionales, que ponen en riesgo territorios que hasta ahora han sido protegidos, como las tierras indígenas y las regiones fronterizas. Es urgente intervenir, ese es tu leitmotiv.

¿Qué papel puede desempeñar la Iglesia en la defensa de los pueblos indígenas?

En el Sínodo la Iglesia debe hablar con claridad y decir cuál es su papel en esta trágica situación. Está claro: la Iglesia no tiene el poder de definir las políticas económicas nacionales, pero tiene la autoridad, el derecho y también el deber de tomar una posición. Y que la tome a favor de las víctimas, que son los pueblos que no tienen voz.

¿Cómo repensar el nuevo paradigma de evangelización de los pueblos amazónicos?

Lo primero es aclarar que la inculturación y el diálogo intercultural son complementarios. De lo contrario, la inculturación podría significar camuflar el Evangelio bajo las especies de otra cultura para tratar de imponerlo de todas las maneras posibles. En cambio, la inculturación del Evangelio significa tener respeto por la cultura del otro, por la religión del otro. Debemos entender que allí hay valores, semillas de la palabra de Dios. Semillas que ya están dando fruto. Hasta ahora, no sólo en la Amazonía sino también en otras partes del mundo, el Evangelio ha sido exportado enfocándose en la cultura europea. Hay que desaprender para volver a aprender, como dice el documento de trabajo del Sínodo. Los pueblos indígenas deben ser protagonistas del Evangelio, no sólo espectadores.

La figura de la mujer, ¿es un punto de referencia en los trabajos del sínodo?

Desde la Amazonía brasileña todavía escucho a una Iglesia capaz de profecía. Las mujeres en la iglesia amazónica son la columna vertebral. Es muy importante que este Sínodo tenga el valor y el realismo de reconocer un ministerio oficial para las mujeres que están en la base de las comunidades cristianas locales. No sería una novedad, sino simplemente el reconocimiento de lo que ya está sucediendo. Y que hay una necesidad de institucionalización para que estas mujeres tengan una voz real cuando discutan sobre el futuro de la Iglesia y cuando reflexionen sobre su política y su cuidado pastoral.

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12 octubre 2019, 09:29