REPAM: DÃa 10 de navegación hacia el SÃnodo de la AmazonÃa
Ciudad del Vaticano
5 de septiembre: Día 10 de navegación. Iniciamos con la oración permanente del Sínodo de la Amazonía:
“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reinoâ€.
Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.
Lectura del día
Se propone este fragmento en el que cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio.
“En aquel tiempo, estaba Jesús a orillas del lago de Genesaret y la gente se apiñaba a su alrededor deseosa de escuchar la palabra de Dios. Atracadas a la orilla, Jesús vio dos barcas. Los pescadores habían descendido de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, rogó a su dueño, Simón, que la apartara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí estuvo enseñando a la gente. Cuando acabó su discurso, dijo a Simón: —Rema lago adentro y echen las redes para pescar.
Simón le contestó: —Maestro, hemos pasado toda la noche trabajando y no hemos pescado nada; pero, puesto que tú lo dices, echaré las redes. Así lo hicieron; y recogieron tal cantidad de pescado que las redes estaban a punto de romperse (...) Jesús dijo a Simón: —No tengas miedo. Desde ahora serás pescador de hombres.
Y después de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y se fueron con Jesús.†Lucas 5, 1-11 (fragmento)
Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico
En este Sínodo Amazónico todos los que hemos tenido el privilegio de participar del proceso de preparación con el pueblo de Dios, escuchando sus esperanzas y dolores, hemos sentido la necesidad de ir hacia aguas más profundas. Y hemos sido conducidos hacia esas aguas por ellos, el pueblo de Dios. Es decir, hemos encontrado la fuerza irreductible de Dios en lugares insospechados; semillas del Verbo del Jesús encarnado en todos los sitios.
Un rostro de Jesús en la cultura propia de cada sitio, en las experiencias particulares de defensa de la vida y la dignidad, y sobre todo en la fraternidad que nos hace tener esperanza para la Amazonía y en este Sínodo. Así, Jesús nos pide que en la Asamblea del Sínodo echemos las redes en aguas más profundas, que con emos, que abracemos la pesca buena de esos nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. Y, sobre todo, que seamos capaces de dejar atrás lo que nos impide caminar más eles a su evangelio para ir con Él y ser más discípulos misioneros en esta Panamazonía.
Contemplación
Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo Amazónico.
Cita para meditación de cierre
INSTRUMENTUM LABORIS. No. 8
Este Sínodo se desenvuelve en torno a la vida: la vida del territorio amazónico y de sus pueblos, la vida de la Iglesia, la vida del planeta (...) la vida en la Amazonía se identifica, entre otras cosas, con el agua. El río Amazonas es como una arteria del continente y del mundo, fluye como venas de la ora y fauna del territorio, como manantial de sus pueblos, de sus culturas y de sus expresiones espirituales. Como en Edén (Gn 2,6) el agua es fuente de vida, pero también conexión entre sus diferentes manifestaciones de vida, en la que todo está conectado (cf LS, 16, 91, 117, 138, 240).
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