蜜桃交友

De cara a las elecciones presidenciales y legislativas de 2020, los obispos de Burundi realizaron un mensaje hecho público en el día de ayer. En el mismo recuerdan el acuerdo de paz y reconciliación con el que los burundeses se comprometen a “romper el espíritu de división” en el que se fundamenta el poder dictatorial y opresivo, y expresan que “la mayoría de la población ha comprendido que, en caso de conflicto, el diálogo es la vía privilegiada para resolverlo”.

País en crisis

Durante años Burundi ha experimentado una profunda crisis política, institucional, social y económica, que ha llevado a cientos de miles de burundeses a buscar refugio en los países vecinos, después de que el Presidente Pierre Nkurunziza obtuviera un tercer mandato en 2015, desafiando la antigua Carta Constitucional y los Acuerdos de Paz de Arusha de 2000. En el mensaje los Obispos expresan su aprecio por el compromiso de los miembros de los distintos partidos en la preparación de la votación, aunque señalan que “hay algunas lagunas”.

“Aunque hay muchas cosas que apreciamos, no podemos ignorar algunas de las cuestiones que preocupan y preocupan a la mayoría de los burundeses” dicen en el mensaje. Así, mencionan la violencia contra los miembros de determinados partidos políticos, a pesar de que la Constitución reconoce el multipartidismo. Y denuncian que en algunas regiones “se cometen actos delictivos por motivos políticos, incluidos los asesinatos”. En la mayoría de los casos – añaden – las víctimas son aquellas que tienen opiniones diferentes a las del gobierno.

Llamado a los cristianos

Recordando a los muchos burundeses que habían huido al extranjero, manifiestan que sería bueno que “las elecciones se celebraran después de su repatriación, de forma voluntaria y sin restricciones”. Y concluyen dirigiéndose a los cristianos, muchos de los cuales están implicados en movimientos de Acción Católica y grupos apostólicos, pidiéndoles que den testimonio de su fe, porque “en virtud del Bautismo se han convertido en nuevas criaturas”, y que actúen así como “apóstoles de la paz”.