Apoyo a las Caritas africanas para que sean actores de su propio desarrollo
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Caritas Española apoya actualmente un total de 48 proyectos en 15 países de África: Burkina Faso, Burundi, Chad, Eritrea, Etiopía, Kenia, Malí, Mauritania, Marruecos, Mozambique, Níger, República Democrática del Congo, Senegal, Sudán del Sur y Yibuti.
Desarrollo, respuesta humanitaria y paz
La labor de acompañamiento que Caritas lleva a cabo en estos países se centra en los siguientes ámbitos de trabajo:
¨C El desarrollo rural de las poblaciones más vulnerables y afectadas por el cambio climático y las sequías, con particular atención a las mujeres.
¨C La construcción de la paz a través del apoyo a defensores de derechos y al diálogo interreligioso.
¨C La contribución al buen gobierno mediante acciones de sensibilización y observación dirigidas a garantizar la calidad de los procesos electorales.
¨C La garantía de los derechos de las personas en movilidad dentro de su proceso migratorio, ya sea en países de origen, en las rutas de tránsito o en los lugares de destino.
¨C La respuesta humanitaria inmediata en desastres naturales y conflictos, y en una fase posterior, en la recuperación de los medios de vida de las poblaciones afectadas por estos desastres para lograr su vuelta a la normalidad.
Mozambique, Sahel y Cuerno de África
En Mozambique, Caritas de España está trabajando en proyectos de desarrollo para mejorar la seguridad alimentaria con el apoyo de las agencias de cooperación española (AECID) y extremeña (AEXCID). A pesar de esto, nuestras prioridades en estos primeros meses del 2019 se han centrado en dar respuesta a las emergencias declaradas en Mozambique por el impacto consecutivo de los ciclones Idai y Kenneth que en menos de 1 mes han ocasionado serios daños.
Asimismo, la organización católica proporciona apoyo humanitario a los afectados por el grave deterioro de la seguridad en una parte del Sahel, donde el aumento de la violencia contra la Iglesia católica en Burkina, Mali y Níger ha provocado el desplazamiento de miles de personas; mientras que en Burkina faso, gestiona un programa de ayuda de emergencia por importe de 253.000 euros con fondos de la AECID.
Inseguridad alimentaria severa
Sur Sudán y Etiopía son otros focos de atención prioritaria, donde, a las dificultades para lograr una paz estable, se suma la situación de inseguridad alimentaria severa. Ambos países son el escenario de dos de las mayores crisis de desplazados internos en el mundo.
En Etiopía, Cáritas Española lleva a cabo un convenio y un proyecto co-financiados por la AECID en materia de seguridad alimentaria con un presupuesto de 2.876.000 euros y 339.000 euros respectivamente. Por otra parte, en Sudán del Sur se han aportado 100.000 euros al llamamiento de emergencia humanitaria lanzado por la organización local.
A pesar de estas situaciones marcadas por las dificultades y la precariedad, cabe señalar el importante avance que supone para el futuro del Cuerno de África la firma del acuerdo de paz entre Eritrea y Etiopía tras 20 años de conflicto.
Cambio político: signo de esperanza
Otro signo de esperanza es el cambio político que se ha producido en la República Democrática del Congo, que se ha llevado a cabo de manera pacífica por primera vez desde su independencia, si bien el país afronta el azote del ébola, que ha provocado ya 1.124 muertos.
En este país Cáritas española implementa un proyecto co-financiado por la Unión Europea de defensa de los derechos con un presupuesto total de 1.185.000 euros.
Actores de su propio desarrollo
Además, presta apoyo en otros países de África a través de distintos proyectos como son un convenio AECID de desarrollo rural en Mauritania (2.840.000 euros); dos proyectos de seguridad alimentaria en Senegal (110.000 euros y 274.000 euros, respectivamente) y otro de apoyo a la infancia (125.500 euros); un proyecto de formación profesional en Mauritania (150.000 euros); otro de acceso al agua, saneamiento y resiliencia en Kenia (342.000 euros).
La experiencia práctica demuestra que la clave no está sólo en ayudar económicamente al continente africano, sino q contribuir que las organizaciones solidarias en este terreno "sean actores de su propio desarrollo".
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