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Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

Comienzan a plasmarse los frutos del Encuentro sobre Protección de Menores que tuvo lugar en el Vaticano: esta vez son los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica los que dan el paso con la conformación de la Comisión Interdisciplinaria de Protección al Menor. La misma tiene como finalidad proponer y ejecutar una serie de acciones que permitan la protección de los menores en la Iglesia. 

Tal como explicaron en un comunicado, fechado 2 de abril, el órgano está compuesto por cinco miembros, quienes aportan al tema perspectivas como la psicológica, la legal y la canónica. De hecho entre los miembros de la comisión se encuentran dos sacerdotes, una comunicadora, un psicólogo y una abogada en derecho de Familia.

Interdisciplinariedad

Las funciones de la Comisión Interdisciplinaria de Protección al Menor serán, entre otras, la elaboración y actualización de las políticas, protocolos y/o manuales institucionales para la prevención y atención del abuso sexual infantil, con el correspondiente apoyo a los obispos para la implementación de dichos instrumentos. El diseño de estrategias para la creación de ambientes seguros para menores de edad, y el establecimiento de vínculos institucionales con dependencias públicas y organizaciones privadas especializadas en la protección de menores, para promover las mejores prácticas y fortalecer la cultura de la prevención y de la denuncia en todos los ámbitos.

La mejor atención a las víctimas y la protección de los fieles

El comunicado prosigue recordando lo afirmado por los obispos costarricenses al término de Asamblea Ordinaria, en marzo pasado, a saber, que su actuar al abordar este grave problema “va a estar movido por dar la mejor atención a las víctimas y proteger a los fieles y erradicar cualquier acción tendiente a encubrir estos delitos, inspirados en el magisterio de los últimos Pontífices, especialmente el del Papa Francisco”.

Dando constatación del análisis profundo realizado sobre este fenómeno, manifestaron a la comunidad nacional el propio compromiso de poner “en primer lugar” “a las víctimas de este crimen y a sus familias, dando credibilidad a su testimonio y ofreciéndoles acompañarlas espiritual y psicológicamente en su proceso de sanación interior”.