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Venezuela. Obispo y presbíteros: no jugar con los sentimientos de la gente

El pueblo venezolano es un pueblo "con entereza y paciencia". Es un pueblo "de convicciones democráticas, amante de la fraterna convivencia" y, “gente de paz”. Pero hay que respetarlo y atender su clamor. Mensaje del Obispo y del Consejo Presbiteral del Táchira

Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano

“Se ha alabado el comportamiento cívico de la ciudadanía en estos días del ‘apagón eléctrico’. Ciertamente se debe admirar esa conducta. Pero no hay que jugar con los sentimientos de la gente”: son algunas de las líneas que brotan del del Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, junto con el Consejo Presbiteral del Táchira, expresándose sobre la situación que allí se vive con el apagón, en estos días en que la crisis venezolana – ya aguda en lo que respecta el hambre y la escasez de insumos necesarios para la salud – está provocando “desasosiego, cierre de escuelas y fuentes de trabajo además de desestabilizar la sana convivencia ciudadana”. El venezolano es un pueblo  “con entereza y paciencia” – dicen los prelados –. “Por eso, es bueno escuchar lo que Cicerón dijo ante quien no quería respetar la convivencia ciudadana de su tiempo: ‘¿Hasta cuándo vas a abusar de nuestra paciencia’”.          

Explicaciones sobre apagón no convencen al pueblo

En el mensaje explican las consecuencias graves derivadas del apagón y de los “continuos cortes intermitentes que le han seguido”, que “además de poner en peligro la vida de numerosos enfermos (en muchos lugares hasta ha habido muertes por esta causa)", han provocado la pérdida de alimentos necesarios para el sustento "en la inmensa mayoría de los hogares".

“Las explicaciones de los voceros gubernamentales no han convencido para nada a la mayoría de los venezolanos, pues han pretendido distraer la atención con el habitual argumento de una tal guerra ‘electromagnética y cibernética’. Ya la gente se siente cansada de tanta mentira y de tanto menosprecio a la inteligencia del pueblo”, expresan.       

El Obispo y el Consejo Presbiteral diocesano lamentan que “lejos de atender los justos reclamos del pueblo, se sigue endureciendo los corazones de quienes tienen en sus manos la solución de las dificultades y, sobre todo del principal problema por el que clama la misma gente: un cambio de dirección política y la no imposición de un sistema inaceptable que no está al servicio del hombre y la mujer de Venezuela. Se pisotean los derechos humanos por no darse la verdadera centralidad a la dignidad de la persona humana”. “Ya es hora de que cambie la situación”, aseveran.     

Abierto camino a niños y enfermos hacia Colombia

Por otra parte hacen referencia a la reciente apertura del “camino humanitario” en la frontera con Cúcuta, habilitado para que “niños y adolescentes escolares, así como enfermos necesitados de tratamiento” puedan dirigirse a esta ciudad en Colombia, pero aclaran que “si al regreso traen algún alimento se les prohíbe introducirlos al país”. Algo que consideran “un atentado” contra “el derecho fundamental a la vida y su subsistencia”.

Además de esta anotación, señalan la necesidad de “terminar de abrir la frontera para el libre tránsito entre dos países hermanos. Así podrá entrar también la ‘ayuda humanitaria’ que países e instituciones quieren donar a Venezuela”. “No hacerlo es también otro atentado contra el derecho estipulado en el ordenamiento jurídico constitucional de Venezuela, el cual garantiza el libre tránsito de todos los ciudadanos de y en el país”, añaden.    

El Obispo y presbíteros del Táchira se solidarizan además con todos los hermanos de otras regiones del país donde el “apagón” está causando mayores estragos y con aquellos que han venido siendo reprimidos por grupos violentos y por fuerzas del orden público que parecieran estar compuestos por personas sin alma ni corazón. Lo triste – señalan – que todos ellos son miembros del pueblo que actúan irrespetando el derecho fundamental a la vida.

Se abran las puertas al cambio de dirección política

Ya en los últimos párrafos del mensaje imploran a Dios que “escuche el clamor de este su pueblo”, como lo hizo “con el de Israel esclavizado y oprimido por el Faraón (cf. Ex. 3,7ss)”. Y recuerdan que  “Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de amor, fortaleza y dominio de nosotros mismos (Cf. 2 Tim 1,7)”. “No es tiempo para el desaliento sino para hacer manifiesta una esperanza que supera las pruebas, pues actuamos en el nombre del Señor”. […] Debemos unirnos y hacer sentir nuestra voz con coraje profético y decisión de creyentes. La Iglesia en Venezuela, con sus Obispos y Sacerdotes, es pueblo y, al compartir las angustias y esperanzas de la gente quiere seguir siendo luz en este momento de la historia”.

Por último, reiteran el llamado a que “se abran las puertas al anhelado cambio de dirección política. Es necesario que oigan la voz del pueblo y se arriesguen a responder al clamor de la inmensa mayoría de los venezolanos”. Y también el llamado a las Fuerzas Armadas, a quien recuerdan que también son miembros del pueblo que está sufriendo, y que “el juramento que hicieron de defender la Constitución no era para proteger a una parcialidad política sino al pueblo todo”. “Reafirmen su condición natural de pueblo y pónganse siempre a su lado”, les piden.    

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13 marzo 2019, 15:34