"La caridad hasta el martirio": marcha y vigilia por misioneros de nuestro tiempo
Ciudad del Vaticano
entre los que se encuentran muchos misioneros, pero también laicos, pastores y cristianos de todas las confesiones, se llama "Caridad hasta el martirio". Se realilzará el jueves 21 de marzo y es organizada por la diócesis de Roma -en particular por Cáritas de Roma, centro diocesano de cooperación misionera entre las Iglesias y la Oficina diocesana de los Migrantes- y por la Comunidad de Sant'Egidio. Será presidida por el Cardenal Vicario Angelo De Donatis.
La cita es a las 18.00 horas en el Coliseo (Arco de Constantino). Comenzará la marcha, acompañada del rezo del Rosario misionero y de las letanías de los mártires, hasta la Basílica de San Bartolomeo all'Isola, donde tendrá lugar la vigilia. Aquí, la Palabra de Dios y el Evangelio de las Bienaventuranzas irá acompañada del testimonio en vídeo -recogido por Don Stefano Cascio, párroco de San Bonaventura a Torre Spaccata- del hermano Jean Pierre Schumacher, único sobreviviente de la masacre de Thibirine, Argelia, la noche del 26 al 27 de marzo de 1996.
En esa ocasión, siete monjes trapenses fueron secuestrados de su monasterio y asesinados el 21 de mayo. Los religiosos, junto con Mons. Piérre Claverie y otros 11 testigos de la fe, fueron beatificados el 8 de diciembre de 2018 en Argel.
Recordar a quienes han ofrecido su vida
Los recuerdos y nombres de quienes han ofrecido su vida a lo largo de este año, junto con la evocación de los contextos de martirio más dolorosos de nuestro tiempo, introducirán la procesión de entrada; de igual manera, cada nombre y cada contexto será iluminado por el encendido de una vela, lo que ayuda a vislumbrar la luz de la Pascua incluso en el momento de la muerte y el sufrimiento.
Parientes de los mártires, junto a representantes ortodoxos, evangélicos y cristianos miembros de nuestra diócesis y jóvenes de diferentes continentes encenderán las candelas. Al final de esta peregrinación, el Cardenal Vicario, Angelo De Donatis, dirigirá una reflexión a los asistentes.
24 de marzo, Jornada de Oración y Ayuno por los mártires
"También este año la diócesis se reunirá para celebrar la Jornada de Oración y Ayuno en memoria de los misioneros mártires (24 de marzo) - dijo el obispo auxiliar del sector Centro y secretario general del Vicariato, Monseñor Gianrico Ruzza -.
En 2018 fueron asesinados hasta cuarenta testigos: 35 sacerdotes, 4 laicos y un seminarista. Elegimos salir del Coliseo porque es un símbolo de martirio, un lugar donde cientos de cristianos han muerto y donde no por casualidad el Vía Crucis es celebrado cada año por el Papa. Mientras que la Basílica de San Bartolomeo all'Isola alberga el santuario de los nuevos mártires de los siglos XX y XXI, encargado por San Juan Pablo II y confiado por él a la Comunidad de Sant'Egidio".
Búsqueda de la paz y la justicia
"Nos sumergimos juntos -refleja Don Marco Gnavi, párroco de Santa María in Trastevere y uno de los organizadores de la vigilia de oración- en el misterio de la humilde fuerza del Evangelio, mirando los rostros, la humanidad, la debilidad de los que han experimentado la caridad, el amor a la Iglesia, las expectativas de paz y de justicia en contextos de peligro extraordinario, sin renunciar al amor.
La conciencia de nuestra deuda con cada uno de ellos nos despierta a la espera del Reino, nos estimula a una nueva generosidad y a la búsqueda de la unidad que, en el martirio, ya se ha realizado. Enfrentados al mal, nos conducirán hacia la Pascua con la confianza de los hombres y mujeres de las Bienaventuranzas".
El P. Stefano Cascio, funcionario de la Oficina de Comunicaciones Sociales de la diócesis y párroco, se sintió conmovido al hablar de su viaje a Marruecos: "Estaba en Midelt, a unos 200 kilómetros de Fez -explica-: allí vive ahora la comunidad cisterciense, que ha seguido custodiando la "antorcha encendida", el carisma de los monjes de Thibirine. Seis monjes y un ermitaño viven actualmente en Midelt.
El hermano Jean-Pierre es el único superviviente de la masacre de 1996; es originario de Lorena y tiene más de noventa años, por lo que no pudo emprender este viaje a Roma. Así que la diócesis me envió a entrevistarlo, para recoger su precioso testimonio". El sacerdote describe a un hombre como "todavía fuerte, sonriente, sereno, sabio. Me reiteró -recuerda- la voluntad de los monjes de permanecer, a pesar de la presión para que se marcharan, de permanecer cerca de la gente. Cristianos y musulmanes no deben estar unos contra otros, sino que deben luchar juntos contra el mal.
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