Obispos de Chile: Con Cristo en el centro, continuar el proceso ya iniciado
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
La Conferencia Episcopal de Chile (CECh) dio a conocer la tarde este viernes, 16 de noviembre, la . Fue Mons. Fernando Ramos, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Chile, quien leyó el texto conclusivo de la Asamblea, realiza entre los días 12 y 16 de noviembre. El documento explica que durante el encuentro los Pastores han dialogado “sobre el camino vivido en la Iglesia desde su Asamblea Extraordinaria del mes de agosto, y especialmente, sobre las consecuencias de la crisis provocada por los graves delitos de abuso sexual contra menores de edad y adultos vulnerables cometidos por personas consagradas”.
Colaboración mutua con las autoridades civiles
Con la ayuda de los miembros del Consejo Nacional de Prevención de Abusos, la Asamblea estudió los avances y el seguimiento de las resoluciones adoptadas en el mes de agosto pasado. Los Obispos estudiaron, en particular, el proyecto de acuerdo de colaboración mutua entre la Fiscalía Nacional y las entidades de la Iglesia, para la investigación de delitos de abusos a menores cometidos por clérigos. “El tema ha sido dialogado ampliamente con las autoridades de la Fiscalía y sus representantes – se lee en la declaración – en las próximas semanas, esperamos formalizar este acuerdo, mediante la firma del respectivo documento y su posterior aplicación”.
Los Obispos también iniciaron el estudio de los elementos esenciales de los estándares de conducta que son necesarios en todos los agentes pastorales que sirven en la Iglesia, en particular de los Obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, de manera que durante el año próximo se pueda contar con ese instrumento de trabajo pastoral.
Hacia una Iglesia sinodal, profética y esperanzadora
La Asamblea Plenaria, con la colaboración de los organismos del Episcopado chileno y luego de un tiempo de escucha de varios meses, aprobó un “itinerario en el proceso de discernimiento para avanzar en el camino de llegar a ser una Iglesia cada día más sinodal, profética y esperanzadora que busca continuar poniendo en el centro a Jesucristo”. Dicho itinerario, que comprende una amplia participación laical, tendrá como hito la III Asamblea Eclesial Nacional, en mayo de 2020, que “sentará las bases de nuevas orientaciones pastorales para la Iglesia en Chile”.
Los jóvenes, un lugar esencial en el servicio de la Iglesia
Asimismo, los Prelados chilenos recordando la reciente conclusión del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes y el discernimiento vocacional y la publicación del documento final, recuerdan que esto los pone a ellos “en un lugar esencial de nuestro servicio eclesial, abriéndonos a un diálogo pastoral de escucha y acogida de sus visiones y aportes y de su capacidad de comprender las nuevas dimensiones que el mundo actual nos presenta como desafío de la evangelización”.
Aceptamos y acogemos las justas críticas
En la Declaración de los Obispos y administradores apostólicos también se expresa la voluntad de comprender la indignación y el pesar causados por los delitos cometidos por algunos clérigos y religiosos contra menores de edad y adultos vulnerables. “Reconocemos que una parte de la misión profética de todo bautizado – escriben los Pastores – es expresarse con libertad ante estas contradicciones y exigir más a quienes somos sus pastores y por ello aceptamos y acogemos las justas críticas, que nos ayudan a mejorar nuestro servicio pastoral”. Creemos necesario, agregan los Obispos, volver a reiterar que nunca hay justificación alguna para el crimen que constituye el abuso sexual a niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables. “Durante los últimos meses – afirman los Prelados – hemos intentado seriamente escuchar, acoger y descubrir los caminos para acompañar a las víctimas que han querido reunirse con nosotros. Han sido momentos de encuentro con el rostro sufriente de Cristo y de gran aprendizaje”.
Frente a la situación nacional
Finalmente, los Obispos chilenos concluyen su Declaración volviendo sus miradas a la realidad du su país. “Hoy nos toca mirar la realidad de nuestro país que enfrentamos con la humildad de Cristo servidor, el buen samaritano, que lava los pies a sus amigos”. Desde su vocación de servicio a toda la sociedad, los Obispos observan con preocupación algunos “signos alarmantes que nos interpelan acerca de la calidad de nuestras relaciones en la sociedad que estamos construyendo. En algunas ocasiones, las tensiones sociales desencadenan hechos de violencia que afectan a la dignidad e integridad de personas concretas”. Entre algunos de estos signos alarmantes, los Obispos chilenos señalan: la violencia que estalla a veces en La Araucanía, provocando dolor y sufrimiento en muchas personas; la violencia que vemos en algunos establecimientos educacionales; y la situación de los hermanos migrantes.
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