ҽ

San Romero. Su devoción y ejemplo es universal

Apenas, desde el domingo pasado que ya Mons. Romero es San Romero. Antes de la ceremonia de Canonización hubo un sinfín de actividades para recordar y honrar su nombre, su figura, su carisma

Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Una de ellas fue el pasado miércoles 10 de octubre, cuando se llevó a cabo en el Colegio Pío Latinoamericano, donde él estudió como seminarista, un simposio sobre los momentos más significativos de Oscar Arnulfo Romero, seminarista. En el evento, en presencia, entre otros, de miembros del Cuerpo Diplomático y estudiantes del colegio, se desveló una imagen de Mons. Romero.

Una visita particular

El pasado lunes, nos pusimos de acuerdo con la artista salvadoreña que hizo el cuadro de Mons. Romero y que fue entregado en el Colegio Pio Latinoamericano, ella se llama Gothy López, y éste es una réplica del primer cuadro realizado para el Papa Francisco en agradecimiento por la beatificación y el segundo que ha hecho se puede apreciar en la Parroquia del Santísimo Sacramento de Tor de Schiavi en la periferia de Roma. Para poder ir al Colegio Pio, Gothy se puso en contacto con el Embajador de El Salvador, Manuel López, quien fue uno de los artífices de las actividades en Roma en honor a Mons. Romero,  para que coordinara este encuentro. Inmediatamente el embajador llamó al Rector el Padre Gilberto Freire.

En el Colegio Pio Latinoamericano se está realizando un museo en honor a su nuevo y único santo, así que ese cuadro, que había sido un regalo de Gothy para el embajador, Manuel López lo donó al museo del colegio. La Embajada, no sólo donó este cuadro expuesto en una de las salas del colegio, sino que además otras tres imágenes oficiales ampliadas de San Oscar Romero fueron entregadas en la ceremonia del miércoles a los tres colegios que se derivaron del Pio Latino: Pio Filipino, Pio Brasileño y Pio Mexicano.

Al darnos cita con ella y una amiga, que quedamos llegaría allá, al llegar al Colegio, y entrar desde ya recibidas con una gran sonrisa de un seminarista colombiano, que nos dijo que nos estaba esperando el Vicerrector del Colegio, el colombiano, padre jesuita Alfredo Revéiz Solarte. Quién hizo de anfitrión para nosotras tres, y nos dijo que el Rector estaba ausente y le recomendó que por favor nos atendiera, y lo hizo de mil maravillas, nos acompañó donde estaba el cuadro y a la capilla donde ofició misa el entonces padre Oscar Romero. El vicerector nos acompañó siempre con una sonrisa y haciéndonos sonreír.

Dos grandes santos

Así recorrimos los pasillos del Colegio y nos dirigimos a una sala llena de cuadros y recuerdos que tienen que ver con la memoria histórica del Colegio Pío Latinoamericano. En el centro del salón, una mesa donde se pudo apreciar la vestimenta completa litúrgica de Mons. Romero, naturalmente réplicas, y a la izquierda del Salón los cuadros de los dos nuevos Santos Pablo VI y Romero quienes como dijo el cardenal Gregorio Rosa Chávez el lunes en la misa ante los cinco mil peregrinos salvadoreños, los dos, en uno de sus encuentros en Roma, se dijeron que ambos serían santos. Luego el padre Revéiz nos llevó a la capilla donde ofició misa el padre Oscar Romero, un lugar recogido, donde ya Gothy dijo “acá tiene que ir otro cuadro”.

Empecé mis entrevistas al vicerrector y a la artista, y en el ambiente se percibía un área completamente espiritual, al concluir las entrevistas, el ambiente se profundizó espiritualmente, y pude escuchar el testimonio de Gothy, una artista, que dijo que desde la primera vez que pintó un cuadro del ahora santo, mientras pintaba sus ojos, sintió un fuerte escalofrío, pues le parecía que en verdad, él, en persona la miraba.  Los ojos tenían una luz espectacularmente humana. Y es que Gothy, al hacer el cuadro, se esmeró en conocer el carisma del entonces futuro Beato y entro en una conexión espiritual.

Un recuerdo latente de la figura de San Romero

Gothy se recuerda cuando era pequeña, tenía seis años, y su madre la llevaba siempre a las misas que oficiaba Mons. Romero, ella se recuerda perfectamente su voz y lo que decía. Y esto la hacía sentir cercana a su figura. Gothy es una gran retratista y siempre han sido alabados sus cuadros, por lo bien que hace los parecidos con las personas que pinta. Y mientras estaba concentrada pintando algunos detalles del cuadro siente que él la está viendo, algo nunca experimentado con otros retratos. Cómo si él le estaba hablando. Ella a mitad obra, sacó el cuadro al balcón para que se secara, y su vecina le preguntó quién era, pues le había impactado su mirada. Cada vez que lo miraba a sus ojos, le dijo la vecina, siente ganas de llorar.

Esa misma noche el niño de la señora se había caído desde el tercer piso, tenía seis años, Gothy, inmediatamente le rezó a Mons. Romero pidiendo el milagro. Al día siguiente, al ver a la señora, le pidió a Gothy que le pidiera a Mons. Romero, algo extraño en ella dijo Gothy, pues era una mujer que no conocía a Mons. Romero.  Después de una semana el niño estaba de regreso a su casa, sin haberse roto ni un hueso, hoy día este niño tiene casi nueve años.  “Para mí fue un milagro”, dijo la artista, siento que Mons. Romero, “a través de su cuadro nos ha regalado su mirada, yo soy sólo un instrumento, él quiso regalarnos esta fuerte presencia. Para mí no ha sido sólo una pintura sino una experiencia espiritual muy importante", afirmó la artista.

“De allí cómo se lo había prometido hace años, quería hacerle un cuadro más grande”.   Y según la artista, cuando estaba por hacer el cuadro, le hablo y le rezó a Mons. Romero, le dijo, permíteme pintarte, dime Mons. Romero, cómo quieres que lo haga. “Y cuando lo hice, también tuve sensaciones que me transformaron enormemente. Esta vez, mientras estaba pintando un detalle del cuadro en la parte inferior, y ver para arriba pude ver como su imagen demostraba una monumentalidad. Me daba la sensación de ver cómo una catedral, como si El fuese la iglesia”.

Una vez terminado, no tenía destino final. Así quedó por un año, “y yo continuaba a preguntarle donde quería estar”, dijo, y después de un poco, la llamó el embajador del país ante la Santa Sede, sr. Manuel López, y le dijo que el Papa iría a la parroquia designada del cardenal Rosa Chávez, " y me preguntó si tenía una pintura de Mons. Romero". Y el embajador le dijo que le trajera el cuadro, y fue llevado durante el consistorio donde el Papa anunciaba la canonización de Mons. Romero. Así que, cómo quiso el ahora Santo, ahora descansa un cuadro con su retrato en la parroquia de Tor de Schiavi, la parroquia de su gran amigo, y secretario particular, cardenal Gregorio Rosa Chávez.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

Photogallery

Ecos de las actividades en honor a Mons Romero
17 octubre 2018, 12:52