Padre Jacques Hamel: dos a?os de la muerte de un sacerdote mártir
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Se cumplen dos años del asesinato del sacerdote francés Jacques Hamel, de 85 años, trágicamente degollado mientras celebraba la Santa Misa ante la presencia de un reducido grupo de feligreses.
Se había jubilado hacía casi una década, pero seguía trabajando como cura auxiliar en la iglesia Saint Etienne-du-Rouvray, un suburbio de Ruán, del noroeste de Francia.
El Padre Hamel, fue atacado el 26 de julio de 2016 por dos seguidores del Estado Islámico que tomaron la parroquia por asalto en el momento de la consagración de la Eucaristía. Quienes lo conocieron dicen que era un hombre dedicado y valiente que había prometido servir a la iglesia "hasta su último aliento".
Un sacerdote de paz: mártir y Santo
Consternado por la noticia, el Papa Francisco ofreció una misa en memoria de "este sacerdote santo", el 14 de septiembre en laCapilla de la Casa Santa Marta, como signo de cercanía con sus familiares y para toda la comunidad de Ruán.
"El Padre Jackes Hamel fue degollado en la cruz, precisamente mientras celebraba el sacrificio de la Cruz de Cristo. Un hombre bueno, manso, fraterno, que siempre buscaba hacer la Paz ha sido asesinado como si fuese un criminal, un mártir", dijo Francisco en su homilía recordando que los mártires son santos y que debemos rezarle al padre Hamel para que nos dé la mansedumbre, la fraternidad, la paz y también el coraje de decir la verdad: "matar en nombre de Dios es satánico".
Matar en nombre de Dios es satánico
"Los cristianos que hoy sufren en la cárcel, con la muerte o con la tortura por no renegar de Jesucristo nos muestran la crueldad de esta persecución y esta persecución que nos pide la apostasía es satánica", añadió el Santo Padre, manifestando, por último, su deseo de que todas las confesiones religiosas reconocieran que "asesinar en nombre de Dios es satánico".
A pesar de su trágica muerte, el recuerdo del Padre Hamel sigue aún vivo y continúa alumbrando a cristianos de todo el mundo, especialmente a aquellos que son perseguidos por profesar su fe.
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