Parolin: Repensar las estructuras para facilitar la cooperación internacional
Pope
Es necesario «repensar las estructuras» que facilitan la cooperación internacional y, sobre todo, tener en cuenta que la gobernanza global debe razonarse no sólo «sobre la igual soberanía de los Estados», sino también sobre los «principios de subsidiariedad y de igual participación». El cardenal secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, se dirige a los países presentes en la segunda sesión del G20, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Río de Janeiro (Brasil), ante los que el Papa Francisco pronunció ayer su mensaje. En su discurso, el cardenal señaló la distorsión que presenta el «panorama mundial, caracterizado por la aparición de nuevas tecnologías, una mayor interconexión y la intensificación de la globalización» y que, de hecho, ha provocado «una disminución significativa de la influencia de los Estados nacionales» y una «creciente influencia de los sectores económicos y financieros», que, en consecuencia, «se han vuelto cada vez más transnacionales, ejerciendo así un mayor control sobre la toma de decisiones políticas».
Una cooperación internacional eficaz
Parolin constata las dificultades con las que las «instituciones multilaterales internacionales», muchas de las cuales nacieron tras la Segunda Guerra Mundial, parecen tener que lidiar para «responder a las necesidades del siglo XXI».
Un ejemplo entre todos los citados por el cardenal es «el aumento exponencial del número de países independientes, que ha conducido también a una ampliación sustancial del número de miembros» de las propias organizaciones. Esto, continúa explicando, «exige un replanteamiento de las estructuras que deben facilitar una cooperación internacional eficaz».
Junto al «enfoque fundamental de garantizar la paz y la estabilidad», no se puede pasar por alto la importancia de tener que «abordar la aparición de nuevos retos y desarrollar mecanismos globales capaces de responder a cuestiones medioambientales, de salud pública, culturales y sociales, así como de inteligencia artificial».
Esto, subrayó el cardenal, es de considerable «importancia para consolidar el respeto de los derechos humanos fundamentales, los derechos sociales y la protección de nuestra casa común, que Dios nos ha confiado».
Subsidiariedad e igualdad de participación
Por ello, concluye el Secretario de Estado, «es importante no confundir el multilateralismo con una autoridad global concentrada en una sola persona o en una élite con excesivo poder».
Además, cualquier «reforma de la gobernanza mundial debería basarse no sólo en la soberanía igualitaria de los Estados, sino también en los principios de subsidiariedad y participación igualitaria, en lugar de dominación y poder».
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