Rezar por quien ha perdido un hijo
Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano
En este mes, en el que tradicionalmente la Iglesia recuerda a los fieles difuntos, el Papa nos invita a rezar con él por todos aquellos que han perdido un hijo. Padres y madres que han experimentado un dolor ¡°especialmente intenso¡± y más allá de toda lógica humana, porque -como recuerda Francisco en el videomensaje que acompaña su intención de oración- ¡°vivir más tiempo que tu hijo no es natural¡±.
En Estudio 9 hablamos con Andrea Sarubbi, coordinador de "El Video del Papa" y con el Padre Cristóbal Fones S.J., Director Internacional interino de la Red Mundial de Oración del Papa.
Un dolor que te deja sin palabras
Estamos tan poco preparados para sobrevivir a la muerte de un hijo, observa Francisco en el Video del Papa de este mes, que ni siquiera nuestro diccionario tiene una palabra adecuada para describir esta condición de vida. ¡°Fíjense que un cónyuge que pierde al otro es un viudo o una viuda. Un hijo que pierde a un padre, es un huérfano o una huérfana. Hay una palabra que lo dice. Pero un padre que pierde a un hijo¡ no hay una palabra. Es tan grande el dolor que no hay una palabra¡±.
No hay una palabra, nos recuerda el Papa, entre otras cosas, porque ante la pérdida de un hijo o una hija, las palabras ¡°no sirven¡±. Ni siquiera las ¡°de ánimo¡±, que ¡°a veces son banales y sentimentales¡±, y que, ¡°dichas con la mejor intención, por supuesto, pueden acabar agrandando la herida¡±. La respuesta es, por tanto, otra: más que hablar a esos padres, ¡°hay que escucharlos, estar cerca de ellos con amor, cuidando ese dolor que tienen con responsabilidad, imitando la forma en que Jesucristo consolaba a los que estaban afligidos¡±.
Un llamado a la oración y la esperanza
El Padre Cristóbal Fones S.J., Director Internacional interino de la Red Mundial de Oración del Papa, reflexiona: ¡°El dolor de perder a un hijo es inmenso. Ante esta realidad, más que intentar decir muchas cosas, hemos de aproximarnos amorosa, gratuita y respetuosamente. Sabemos que Dios nunca deja de consolar y estar junto a quienes sufren. Es necesario acompañar esta realidad con cercanía y delicadeza, poniendo cuidado para encontrar el lenguaje adecuado que nos permita permanecer sin intentar negar ese dolor, sabiendo que nos mueve y anima siempre la esperanza en el Dios de la vida¡±. Fones invita a unirse en oración con el Papa para que el Espíritu Santo traiga la paz y el consuelo que solo Él puede otorgar a los corazones heridos por esta tragedia.
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