Cardenal Seán O'Malley: testimonio de una víctima de abusos
Pope
Presentamos una carta, con la introducción del cardenal Seán O'Malley, Presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores. El purpurado afirma que en este tiempo de renovación y conversión pastoral en el que la Iglesia afronta el escándalo y las heridas de los abusos sexuales infligidos por doquier a tantos hijos de Dios, el Santo Padre Francisco recibió un valiente testimonio ofrecido a los seminaristas por parte de una superviviente.
El cardenal O'Malley escribe que al compartir este testimonio, ofrecido por una víctima cuyo nombre no se ha revelado por razones de anonimato, Su Santidad el Papa Francisco “desea acoger la voz de todas las personas heridas y mostrar a todos los sacerdotes que anuncian el Evangelio el camino del auténtico servicio de Dios en beneficio de todas las personas vulnerables”
Testimonio presentado a los seminaristas
"Me llamo (...) y durante años fui maltratada por un sacerdote al que debía llamar 'hermanito' y yo era su 'hermanita'”.
“Estoy aquí porque la Iglesia es mi Madre y me duele mucho que la hieran cuando está sucia”
Los adultos que experimentaron esta hipocresía cuando eran niños nunca podrán borrarla de sus vidas. Pueden olvidarse de ello durante un tiempo, intentar perdonar, intentar vivir una vida plena, pero las cicatrices permanecerán en sus almas, no desaparecerán.
“Intento sobrevivir, sentir alegría, pero en realidad es una lucha increíblemente difícil...”
Últimamente no puedo ir a la Santa Misa. Me hace mucho mal... La Iglesia, ese espacio sagrado era mi segundo hogar... y él me lo quitó. Tengo un gran deseo de sentirme segura en la Iglesia, de poder no tener miedo, pero mi cuerpo, mis emociones reaccionan de una manera completamente diferente...
El que todo está lleno de heridas y cicatrices. Por favor, ¡no permitan que esas heridas sean aún más profundas y se produzcan otras nuevas!
Por favor, no escondan las cosas debajo de la alfombra, porque entonces empezarán a apestar, a pudrirse, y la propia alfombra se descompondrá... Dense cuenta de que cuando ocultamos estos hechos, cuando nos callamos sobre ellos, ocultamos la suciedad y así nos convertimos en un cooperador.
Vivir en la verdad es vivir según Jesús, ver las cosas a través de sus ojos. Y él no cerraba sus ojos ante el pecado y el pecador, sino que vivía la verdad con el amor... Con la verdad amable señaló el pecado y al pecador.
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