Los que pescan y asistentes sanitarios: trabajar juntos, sensibles a los descartados
Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco recibió esta mañana a los Obispos, responsables del Apostolado del Mar en Italia, representantes de los pescadores, de las asociaciones profesionales y de los sindicatos; y saludo a los participantes en la Conferencia internacional universalidad y sostenibilidad de los servicios sanitarios nacionales en Europa, celebrada ayer viernes 22 de noviembre en la Universidad Lateranense. El trabajo en el mar y en el sector sanitario es valioso y está lleno de sacrificios, pero debe estar siempre acompañado de unidad, compasión y el cuidado mutuo. Además, la familia es esencial para mantener el equilibrio emocional y espiritual de los trabajadores.
La pesca requiere trabajo en equipo
Se dirige primero a los pescadores, recordando que su labor, a pesar de ser ardua y enfrentarse a dificultades como la competencia desleal y los costos crecientes, se caracteriza por la perseverancia y la unidad, elementos esenciales para el éxito colectivo.
Los invita a ver la pesca como una escuela de vida, donde el trabajo en equipo refleja la vocación cristiana de ser "pescadores de hombres". Y pide a su patrono, san Francisco de Paula, que los ayude desde el Cielo.
El mundo de la salud
Luego, Francisco se dirige al mundo de la salud, resaltando dos puntos clave: el autocuidado de los trabajadores sanitarios, quienes también necesitan apoyo y consuelo por el estrés y el dolor que enfrentan, y la compasión por los más necesitados, particularmente los "descartados" de la sociedad.
Seguir el ejemplo de los Santos
El Papa les anima a mantener la sensibilidad y el compromiso con los más vulnerables, siguiendo el ejemplo de santos como San Juan de Dios o Santa Teresa de Calcuta.
Finalmente, el Papa recuerda la importancia de la familia, esencial tanto para los trabajadores del mar como de la salud, dado que el apoyo familiar es fundamental para sobrellevar los sacrificios de estas profesiones y para mantener la esperanza frente al dolor y el aislamiento. La familia -subraya- es un "medicina" para el alma y el cuerpo, evitando el individualismo que conduce a la desesperanza.
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