El Papa: Reestructurar el sistema del Fondo Pensiones, gestión actual genera déficit
Salvatore Cernuzio – Ciudad del Vaticano
«Medidas estructurales urgentes e inaplazables» para el Fondo de Pensiones, para lograr la sostenibilidad y asegurar una previdencia a las generaciones futuras que a medio plazo, por el momento, no puede garantizar. El sistema actual genera un gran «déficit». Tras la carta del 16 de septiembre a todos los cardenales para que colaboren en una aplicación más incisiva de la reforma económica que permita alcanzar el objetivo del 'déficit cero', el Papa envía una nueva misiva para pedir un mayor esfuerzo e incluso algún sacrificio, esta vez para pedir una reestructuración del Fondo de Pensiones. Ya en marzo de 2024, Francisco, con un Motu Proprio, había modificado su Reglamento y, aún antes, en 2015 había hecho una profunda revisión del Estatuto.
En la carta de hoy, dirigida al Colegio Cardenalicio, a los prefectos y a los responsables de las Instituciones Curiales, de las Oficinas de la Curia Romana y de las Instituciones vinculadas a la Santa Sede, el Papa pide una mejor gestión de esta estructura desde su creación, objeto de la «preocupación» (así se llamaba el ) de los anteriores Pontífices y centro de la reforma económica. Lo escrito por el Papa Bergoglio en la citada carta de septiembre fue uno de los temas principales de las Congregaciones Generales previas al Cónclave.
Cardenal Farrell administrador único
Además, en la misma misiva -firmada el 19 de noviembre pero hecha pública hoy- el Papa anuncia la decisión de nombrar al cardenal Kevin Farrell -actualmente también prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, presidente de la Comisión para Asuntos Confidenciales y del Comité de Inversiones- administrador único del Fondo de Pensiones. Una elección, explica el Papa, que en este momento representa «un paso esencial para responder a los desafíos que nuestro sistema previdencial deberá afrontar en el futuro».
Decisiones nada fáciles y sacrificios
En el documento, Francisco recuerda que el periodo actual está marcado por «problemas graves y complejos que corren el riesgo de agravarse si no se afrontan a tiempo». Se necesitan, por tanto, medidas urgentes que implican «decisiones no fáciles que requerirán una particular sensibilidad, generosidad y voluntad de sacrificio por parte de todos».
Estudios y análisis
A lo largo del tiempo, ya ha habido quienes han examinado esta cuestión y «se han sentido responsablemente animados por la preocupación de asegurar un justo modelo de seguridad social en beneficio de la comunidad al servicio de la Santa Sede y del Estado y de cumplir con la responsabilidad moral de proporcionar prestaciones dignas a quienes tienen derecho a ellas, de forma compatible con los recursos económicos disponibles», subraya el Papa. Para ello, se han realizado diversos estudios de los que se desprende que «la actual gestión de las pensiones, teniendo en cuenta el patrimonio disponible, genera un importante déficit». Otros análisis en profundidad, realizados por expertos independientes, revelan otro hecho, a saber, «un grave desequilibrio en las previsiones del Fondo, cuya magnitud tiende a aumentar con el tiempo en ausencia de intervención». En otras palabras, subraya el Papa Francisco, «significa que el sistema actual no es capaz de garantizar a medio plazo el cumplimiento del compromiso en materia de pensiones para las generaciones futuras».
Equidad entre generaciones
Por ello, el Papa pide «medidas estructurales urgentes», sin aplazamiento alguno, para lograr la sostenibilidad del Fondo de Pensiones «en el contexto más general de los limitados recursos de que dispone la entera organización». Junto a ello, es urgente «una adecuada cobertura pensionistica para los empleados presentes y futuros, en una perspectiva de justicia y equidad entre las diferentes generaciones».
Un cambio «nuevo e ineludible»
«Si bien he apreciado la ponderada contribución de quienes se han ocupado de este delicado asunto en los últimos años, creo ahora que es indispensable recorrer esta nueva fase, fundamental para la estabilidad y el bienestar de nuestra comunidad, con prontitud y unidad de miras, para que se lleven a cabo con prontitud las debidas intervenciones», escribe el Papa Francisco al concluir la carta, pidiendo a todos una colaboración especial para facilitar este «nuevo e ineludible» camino de cambio.
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