Honduras, el pésame del Papa por el asesinato de un agente de pastoral
Pope
He sabido con dolor que han asesinado a Juan Antonio López, delegado de la Palabra de Dios, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Trujillo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral en Honduras. Me uno al luto de esa Iglesia y a la condena de toda forma de violencia. Estoy cerca de quienes ven pisoteados sus derechos elementales y de quienes trabajan por el bien común en respuesta al clamor de los pobres y de la tierra.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco, desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico, expresó así sus condolencias por la muerte de Juan Antonio López, agente de pastoral y defensor de los derechos humanos y del medio ambiente, asesinado a tiros en su coche por un sicario en moto el sábado 14 de septiembre en Tocoa, Honduras, inmediatamente después de asistir a Misa. Tenía 46 años y deja esposa y dos hijas. López había luchado recientemente contra la explotación a cielo abierto de óxido de hierro en una mina del Parque Nacional «Montaña Botaderos Carlos Escaleras», que estaba provocando la contaminación de dos ríos de la zona, con graves riesgos para el abastecimiento de agua de la población.
Sus batallas en defensa del medio ambiente y el bien común
Miembro del Comité Municipal para la Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa, a menudo había entrado en conflicto con intereses empresariales y políticos locales y nacionales deseosos de perseguir el «desarrollo» en el departamento de Colón. López, que había estudiado con los jesuitas, también era miembro de la Red Ecológica Eclesial Mesoamericana (Remam) y del Consejo Apostólico Nacional de la Compañía de Jesús en Honduras.
El obispo de Trujillo: su compromiso nacido de la fe en Cristo
El obispo de Trujillo, monseñor Jenry Orlando Ruiz, de quien López fue un estrecho colaborador, escribió en un mensaje: «Usted me dijo que no era ecologista porque para usted el compromiso social, ecológico y político no era una cuestión ideológica, sino una cuestión de su ser de Cristo y de la Iglesia».
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había recomendado que se pusieran en marcha mecanismos de protección adecuados contra él, cosa que no ocurrió.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí